Las redes sociales están llenas de bebidas color lila, que sin duda llaman la atención y generan curiosidad. Uno de los sabores que también se asocia con dicho color es el de lavanda, pero no es precisamente una flor, si no una verdura traída desde lejos lo que brinda este color característico. Conocido como taro, se trata de un tubérculo que se ha vuelto el favorito para utilizar en platillos dulces. ¿Qué tanto sabes de él?
Por: Desiree Perea
Taro, un descubrimiento directo de Asia
Fue en Asia donde desde hace ya varios años se consume esta verdura. Es posible cultivarla durante todo el año y en algunos lugares es un gran sustituto del arroz. Desde este continente llegó a otros países. De hecho, Hawái actualmente es uno de los lugares donde más se consume. Requiere de condiciones cálidas, además de agua abundante para poder crecer. De esta manera es común verlo en lugares como las Islas Polinesias y Brasil.
En cuanto a su apariencia, la cáscara es color café y rugosa. Al crecer debajo de la tierra, es importante que el lavado sea riguroso, para evitar cualquier tipo de contaminación. Al cortarlo o pelarlo, el interior es color blanco con ligeras líneas moradas. El sabor característico es dulce en su mayoría con un toque ligeramente ácido. De toda la planta, es posible consumir las hojas e incluso las raíces, principalmente para hacer sopas, té o en ensaladas.
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Las facilidades para incluirlo en la cocina
Una de las ventajas de que sea primo hermano de la papa y el camote, es que puede cocinarse de manera similar. Aunque no es común ver mucho el puré de taro, es posible hacer sopas, snacks deshidratados o frituras.
En los postres puedes hacer helado o frappés para los días de calor. Ultimamente también es posible hacer panqués o galletas de taro. Como tip, para un color morado intenso, puedes ayudarte con colorantes comestibles.
Es un tubérculo con un porcentaje nutricional alto, pero debes saber que siempre debe comerse después de una cocción previa. Al consumirse crudo, genera irritación incómoda en la garganta. Dentro de su listado de beneficios, encontramos que ayuda a mantener la presión arterial dentro de los niveles saludables, esto gracias al potasio que contiene.
Asimismo, es un factor que ayuda a reducir la glucosa en la sangre, por lo que puede incluirse en la dieta de personas diabéticas.
El taro es fuente importante de ácido fólico, magnesio, además de vitaminas A, C y E. También es una verdura con una carga energética importante, que incluso puede sustituir a la cafeína en las bebidas.
De esta manera, los deportistas tienen como opción el té (frío o caliente) para poder rendir durante largas jornadas de entrenamiento. Finalmente, su consumo es un importante defensor frente a enfermedades como la anemia y permite mejorar la circulación de la sangre.
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