En cada rinconcito de la Ciudad de México podemos encontrar los famosos puestos de tortas; al pasar la lista de las deliciosas combinaciones y los […]
En cada rinconcito de la Ciudad de México podemos encontrar los famosos puestos de tortas; al pasar la lista de las deliciosas combinaciones y los diversos nombres encontramos con la mirada un nombre muy peculiar: la torta cubana.
Por Pamela Trejo.
Existen varias leyendas que hacen honor a la creación de la torta cubana y aunque no sabemos a ciencia cierta cuál es la correcta, nos parece adecuado mencionar todas las leyendas que hablan de su origen.
Dice una de las teorías, que en la calle de Motolinia, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, existía un establecimiento con una sensación de un lugar antiguo, que llevaba por nombre “La casa del pavo”.
Es aquí en dónde en la década de los 50´s, un hombre alto, con acento cubano y vestido de militar, visitaba frecuentemente este restaurante. Sin embargo, y de forma retadora, hacía gestos de desagrado al momento en el que el tortero preparaba su orden que era: una torta.
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En un momento de hartazgo el cocinero reta al cliente a que haga una torta mucho mejor que lo que él lo puede hacer, así que el militar se levantó las mangas de su uniforme y puso manos a la obra, agregando a la preparación unas tiras de pavo y dejando a todos los presentes impactados en sólo un bocado ¿Quién era este militar? Pues cuenta la leyenda que no era ni más ni menos que Fidel Castro, nombrando a este emparedado como torta cubana.
Otra mítica historia y mucho más coqueta cuenta que en el año 1960 y después de la Crisis de los Misiles, en dónde Cuba estuvo a punto de desaparecer, a un mexicano llamado Polo Ochoa, se le ocurrió crear un emparedado que describiera a la perfección este encuentro militar.
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Así que le agregó pavo, representando las piernas de las mujeres cubanas, queso americano por los soldados estadounidenses y el papel estraza que envolvía la torta cubana, hacía alusión al objetivo acogedor que representaba México en esta discusión de la milicia.
Se dice que Don Polo fue el creador de este emparedado tan representativo y que la receta nace en un local muy tradicional que sigue estado presente en la avenida Félix Cuevas.
El investigador mexicano José Luis Curiel en una entrevista hace mención a que la torta cubana surge de la bocata que es la receta primogénita. El investigador refiere que a finales del siglo XIX y principios del XX en la calle de Cuba, en el Centro de la Ciudad de México, se vendían tortas “rellenas de todo” a las que posteriormente les nombraron (gracias a la calle) como tortas cubanas.
No sabemos bien cual de todas estas historias y metáforas sea la original, pero lo que si conocemos es que una buena torta cubana lleva: un pan de telera, untado con bastante aguacate, mayonesa y mostaza, pierna de cerdo por encima, salchicha, lomo, milanesa, queso Oaxaca (quesillo), queso chihuahua, por supuesto el queso amarillo, cebolla, jitomate, y acompañado con rajas o chile chipotle o ambos, dependiendo el gusto del cliente.
¿Se te antojo?