El mole poblano es un platillo representativo de la ciudad de Puebla. Hay varias leyendas sobre el origen de este guiso. Por un lado, está la historia de San Pascual Bailón, a quién se le atribuye la creación del mole gracias a un milagro culinario.
Por otro lado, el escritor Artemio de Valle Arizpe es el creador del relato más famoso de la “historia” del mole. En esta, se menciona que fue sor Andrea de la Asunción, del convento de Santa Rosa, quien obtuvo la inspiración divina para crear el mole.
Sin embargo, de acuerdo con José Luis Curiel Monteagudo en su texto “Construcción y evolución del mole virreinal”, hay una serie de inconsistencias históricas en este relato.
Por Alina Hernández
Su origen sin duda es prehispánico. El mole de guajalote o “Totolmole” aparece documentado por Francisco de Burgoa en la época colonial, quien refiere que este platillo se hacía en la ceremonias indígenas como ofrenda a los difuntos. El platillo consistía en guajolotes aderezados con una mezcla de chiles chilhuaucle, o chiles secos ahumados o negros; pepitas de calabaza, hojas de hierba santa o aguacate. Después se fueron incorporando los ingredientes que llegaron con la colonia y se sustituyó el guajolote por el pollo y otras proteínas.
Lo cierto es que la mayoría de las personas, cuando piensan en mole, aparece en su cabeza, este platillo humeante y delicioso.
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Fuente:
http://www.cultura.gob.mx/turismocultural/cuadernos/pdf12/cuaderno12.pdf#page=25
Imagen: Puebla Dos 22