Cristina Martínez dejó todo en México. Corrió y corrió, atravesó el desierto de Arizona y dejó atrás una historia de acoso, de violencia doméstica, de peligro de muerte… pero también a sus cuatro hijos.
Por: Myrna I. Martínez (@myrnaitze)
Cristina Martínez dejó todo en México. Corrió y corrió, atravesó el desierto de Arizona y dejó atrás una historia de acoso, de violencia doméstica, de peligro de muerte… pero también a su hija.
Al cruzar la frontera, también cruzó con ella la receta secreta de la mejor barbacoa de su pueblo, Capulhuac, en el Estado de México, que por cinco generaciones ha guardado religiosamente la familia Martínez. Su barbacoa ha conquistado Filadelfia y todo Estados Unidos.
La historia de supervivencia y de lucha por los derechos de los inmigrantes de la chef Cristina Martínez es llevada en uno de los documentales que integran la quinta temporada de la serie Chef´s Table, que se estrena el 28 de septiembre por Netflix.
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La vida de Cristina como la chef indocumentada que estaba “rompiendo” Filadelfia con su barbacoa, salió a la luz cuando su restaurante South Philly
Ese nombramiento llamó la atención de la periodista Inger Díaz Barriga, quien se acercó a ella para conocer su restaurante y descubrió una vida desgarradora. La periodista viajó a Capulhuac, entrevistó a los hijos y familiares de Cristina, y después fue a Filadelfia para platicar con ella y con su esposo, el chef Benjamin Miller.
Este reportaje se publicó a manera de podcast en la página de Univisión bajo el nombre “Mejor vete, Cristina”, trabajo distinguido con el premio Ortega y Gasset de periodismo 2018 a la Mejor Cobertura Multimedia.
El episodio de Chef’s Table, en el que también participa Díaz Barriga, se adentra en la vida de Cristina, de su pueblo, sus hijos, su activismo social y, por supuesto, su cocina. Es la segunda vez que el serial de Netflix dedica un episodio a un mexicano; el primero fue Enrique Olvera.
Cristina Martínez aprendió el arte de hacer barbacoa de hoyo en su pueblo. Su padre, quien era conocido como el “rey de la barbacoa”, la llevaba de niña al aeropuerto a ver los aviones despegar o al Teatro Blanquita en el Centro Histórico de la CDMX a disfrutar de la Sonora Santanera, según narra la chef en “Mejor vete, Cristina”.
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Pero esos recuerdos felices quedaron atrás cuando su padre empezó a beber. El alcoholismo lo hizo perder el control y empezó a acosar a su hija cuando tenía 16 años. La situación se volvió tan insoportable, que Cristina con
Su exesposo, el padre de sus cuatro hijos (tres hombres y una mujer), era violento y adicto a la cocaína. La maltrataba, la golpeaba, la amenaza de muerte, la dejaba sin comer y la tenía secuestrada en su propia casa… las golpizas fueron en aumento hasta que un día vio la puerta abierta y se escapó con su hija a Cancún a vivir con su hermana. Sus tres hijos se quedaron en el pueblo.
Pero la pobreza que vivió en Cancún (ganaba 63 pesos diarios), y la necesidad de juntar dinero para reencontrarse con sus hijos la llevó sin pensarlo a cruzar el desierto de Arizona sin nada, sólo con poco agua y alimento, para instalarse en Filadelfia, donde vivía el exnovio de su hermana. La travesía duró tres semanas, cuando llegó a su destino estaba tan destrozada que tuvo que estar una semana en cama.
Después de dos años, regresó a México e intentó recuperar a sus hijos, pero el padre la volvió a amenazar de muerte, y tuvo que volver a cruzar el desierto, donde el frío nocturno casi termina con su sueño.
Una noche, ella pensó que moriría, pero la patrulla fronteriza “los salvó”, y quedó fichada para siempre. Esa detención ha hecho que Cristina Martínez siga en la condición de “ilegal” y le ha impedido que pueda solicitar la residencia en Estados Unidos, a pesar de estar casada con un estadounidense y de pagar impuestos.
Cristina y Benjamin se conocieron mientras trabajaban en un restaurante italiano. Tras casarse, el dueño “se dio cuenta” de su situación migratoria y fue despedida; Benjamin renunció.C
Tras la muerte de su hijo Isaías en 2017, cerró el restaurante por unos meses y, en memoria de su hijo, quien había cruzado la frontera un año antes, atendió su restaurante El Compadre, donde además de tortas hacen guisados tradicionales como costillas de cerdo con verdolagas en salsa verde.
Este año volvió a abrir sus puertas South Philly Barbacoa,
Aunque sabe que en cualquier momento puede ser deportada y perderlo todo, Cristina y Ben se han convertido en fuertes y aguerridos activistas de su localidad. Crearon una organización Alianza Popular por los Derechos de los Trabajadores Indocumentados, para abogar por su derecho a trabajar.
Su historia es larga y difícil, su travesía así lo ha sido. Descubre más de esta mujer que ha cambiado paradigmas en Filadelfia en la nueva temporada de Chefs Table y en el podcast “Mejor vete, Cristina”.