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Compras a granel: una costumbre ecológica tradicional que se renueva

Compras a granel: una costumbre ecológica tradicional que se renueva

Por: Gourmet de México 21 Mar 2019

Las compras a granel marcaron nuestra infancia, sin embargo, ahora salen de los mercados para instalarse en tiendas de productos deli

Por: Jazmín Martínez 

¿Cómo ha cambiado nuestra manera de comprar desde que éramos niños hasta hoy?, ¿cuánto tiempo ha pasado desde los lejanos noventas? Para algunos será mejor referencia la década de los ochentas o los setentas. Otros tendrán que recurrir a recuerdos construidos mucho antes. En lo personal recuerdo cuando iba con mi mamá a comprar leche. Llevábamos una cubeta que, si la memoria no me traiciona, era roja. Cerca del mercado de la colonia asistíamos a la tienda de la extinta Conasupo. Habríamos estado en 1993. La leche nos la entregaban en bolsas de plástico.

Me cuenta mi papá que en los setentas trabajó en el almacén Conasupo de su pueblo. Ahí las cosas eran muy diferentes y el plástico escaso. El maíz se medía en cuartillos de madera y las cosas se transportaban en costales de yute. La gente acudía a comprar granos principalmente, y a veces se los echaba a la espalda envueltos en nada más que una manta.

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Volvamos a los tempranos dosmiles. Recuerdo cuando en los supermercados de Estados Unidos comenzaron a vender los 100 calorie pack. Si el lector no está familiarizado, se trata de pequeños paquetes de algún snack de marcas conocidas que prometen contener sólo 100 calorías por bolsa. Grupos de pequeñas bolsas, de plástico por supuesto, vienen embalados en grandes cajas que se ofrecen en los anaqueles. Un ciclo de insostenibilidad donde, además, de la calidad de sabor del producto mejor ni hablamos.

Foto: Dominio Público

Hoy, al menos en México, nos dan bolsas de plástico hasta en los mercaditos más recónditos. Y si no nos las ofrecen, sabemos pedirlas. El último recuerdo viviente de una época en la que el plástico no era un bien tan corriente como común lo tuve en Cuba, hace unos cuatro años. En aquel entonces, si pedías en el restaurante tu comida para llevar, se te cobraba el recipiente aparte. Por un dólar te hacías acreedor a un domo de poliestireno y a una bolsa de plástico con asa. Me pasó que en un lugar no me acabé la comida y me la llevé a la casa donde me estaba quedando. Al otro día la compartí con la anfitriona. Cuando terminamos, procedí a hacer lo que se hace en nuestro país: tomé el domo, lo metí a la bolsa de plástico y me acerqué al bote de basura. Segundos antes de completar la operación, la señora ya me estaba quitando ambos objetos para lavarlos y volver a darles uso.

Nuestra irracional relación con el plástico nos ha llevado a crisis ambientales que parecen no tener retorno. Hay plástico hasta en el pescado que comemos y, aún así, en el supermercado seguimos comprando recipientes plásticos de un solo uso para jitomates que no los necesitan. Pero también es cierto que, al menos en algunos sectores de la población, los consumidores se han vuelto más conscientes.

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Llevar una bolsa para echar todos los empaques ya no es suficiente. Ahora hay quien carga con sus tuppers y los entrega al encargado de carnisalchichonería. En estos casos, generalmente, el despachador actuará con reticencia y no entenderá por qué quieres prescindir de la película plástica que cubre tu jamón para protegerlo de la bolsa plástica que terminará de empacarlo. Lo digo porque me ha sucedido. En el peor de los casos, usará el plástico del envoltorio, echará tu jamón en tu tupper, y después desechará el plástico que usó.

¿Te rindes? Te tengo noticias. Siempre podrás volver al mercado tradicional con tus propias bolsas y costalitos de tela para echar todas tus compras. No desistas con el del jamón; es muy probable que el de la tiendita de la colonia te entienda más rápido que el del súper. Pero si te propones llegar hasta el fondo del asunto, también puedes ir a lugares donde las compras ecológicamente conscientes no son cosa rara. Es más, estos espacios están expresamente hechos para esto. Algunos pecan de bellos y de tener una decoración etérea y acogedora. Otros son más sencillos y claro, la diferencia de precios entre todos también puede ser amplia.

Tú escoges cuál te llama más la atención. Te dejamos la lista a continuación. Así que agarra tu bolsa de tela, tus mason jar y dime ¿a dónde vamos?

  • Estado Natural
  • Botánica Granel
  • The Green Corner
  • La Nature

Y no te olvides de tu mercado local sobre ruedas.

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