La tradición británica de la hora del té tiene una historia tan antigua como la bebida misma, por lo que para entenderla comenzaremos por desglosar los orígenes de la mezcla de agua y hojas.
El origen del té
El té es una de las preparaciones más antiguas, su historia comienza hace unos 5 mil años en países orientales, como China, Japón y la India.
Como suele suceder con los grandes descubrimientos de la humanidad, tiene un origen peculiar y accidental. En el año 2700 a. de C. el Emperador Shen Nung, a quien le gustaba beber agua caliente, encontró que el líquido que estaba disfrutando tenía un color café provocado por algunas hojas de un árbol típico de China, el Camellia Sinensis. El mandatario tenía educación sobre medicina herbal, por lo que el hecho no le preocupó, probó la bebida y le encantó.
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Contrario a lo que se cree, los ingleses no fueron quienes llevaron el té a Europa, el responsable de esta hazaña fue el misionero portugués Jasper de Cruz, en el año 1560 cuando regresaba de una misión en China. Es en este punto donde realmente empieza la tradición de la hora del té.
De dónde viene la costumbre
Más de 100 años después de que el jesuita portugués llegara con la bebida a Europa, la esposa del rey Charles II, Catarina de Bragança, viajó de Portugal a Inglaterra en 1662 y llevó consigo el té y su ritual para beberlo. En el siglo XVIII los británicos comían dos veces al día (almuerzo y cena). La influencia de esta bebida fue tal que ambos horarios de alimentación cambiaron de nombre y comenzaron a conocerse, como low tea y high tea.
Se cree que Anna Maria, la séptima duquesa de Bedford, en Bedfordshire Inglaterra, fue la responsable de la invención de la hora del té como la conocemos, pues ella no resistía el hambre entre comidas, y ordenó que se le sirviera té con scones todos los días a las cinco de la tarde.
Desde entonces, aproximadamente en el año 1840, se convirtió en una costumbre y un evento social de la realeza y posteriormente de todas las clases sociales.
Hay que recordar que en esos años Inglaterra pasaba por varios movimientos sociales en cuestiones laborales, las horas de trabajo sufrieron una disminución considerable, entonces la hora del té, además de ser una comida pequeña para soportar el hambre, se convirtió en una excelente oportunidad para tomar un tiempo libre, relajarse y estar con la familia.