Valle de Bravo es una ciudad ubicada en el Estado de México, a 156 km de distancia al suroeste de la Ciudad de México. Fundada en 1530 por frailes franciscanos, su nombre fue un homenaje a San Francisco del Valle y al general Nicolás Bravo. Su economía depende del turismo, tanto nacional como extranjero durante todo el año, como residencia de descanso. Gracias a sus bellezas naturales fue nombrada “ciudad típica” en 1971 y Pueblo Mágico en 2005.

¿Qué hacer en Valle de Bravo?
En Valle de Bravo encontramos un embalse por la presa Miguel Alemán y es normalmente llamada laguna o lago, creada en 1947. La presa ocupa el territorio donde estaba la planicie del valle y parte del antiguo pueblo, siendo un atractivo turístico. Aquí se realizan actividades acuáticas, deportes extremos, senderismo, paseos a caballo, rutas de bicicleta de montaña, zipline, go karts, entre otras. El pueblo de estilo colonial y su ubicación en lo alto de las montañas, crean una armonía ecosistémica.

Recién estuvimos de paseo en este lugar y te queremos recomendar un tour gastronómico imperdible para tu próxima visita a este Pueblo Mágico. Se trata de un restaurante para desayunar, dos para la hora de la comida y dos opciones para ir a cenar. Hay muchos lugares disponibles, como debes imaginar tanto en Valle de Bravo como en la zona residencial de Avándaro. En general los precios son bastante accesibles, dependiendo de la época del año es necesario reservar (obligatorio los fines de semana) y el servicio es bueno.
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Desayuno en El Santuario Resort
Empecemos con el desayuno y qué mejor que con vista directa al lago, disfrutando de un brunch dominical, en uno de los mejores hoteles: El Santuario Resort. Este hotel tiene una interesante historia detrás de su origen, resultado de un sueño revelador que tuvo su propietario, Michel Domit. Le ofrecieron comprar esas 200 hectáreas, primero no quiso, pero su padre le apareció en un sueño diciendo que ahí construyera un espacio de retiro espiritual y accedió. Sirven un enorme buffet con una gran variedad de platillos, huevos al gusto, frutas, bebidas, panes, antojitos mexicanos y postres.
Comida en Quirina, centro histórico de Valle de Bravo
Les recomendamos comer en Quirina en la azotea de Múbú, un acogedor hotel boutique de apenas 7 habitaciones. Múbú significa corazón en mazahua y efectivamente se encuentra en el corazón del centro histórico de Valle de Bravo, en una casona colonial. El chef Luis Alberto Fabila, un talento local autodidacta, nos preparó de entrada un dip de hongos y queso de cabra. De platos fuertes ravioles rellenos de huitlacoche con salsa de chile poblano, cilantro y queso parmesano. También pechuga de pollo rellena de hongos con arroz verde y salsa de flor de calabaza y de postre tarta de manzana con helado de canela.
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Comida en Solar
Otro restaurante para ir a comer se encuentra en la salida de Avándaro y se llama Solar Paraíso Lúdico, un bodegón con espacios al aire libre. Es el lugar ideal para ir con niños y perros, ya que afuera encuentran juegos infantiles, trampolín y pasto para correr a gusto. Ahí probamos albóndigas en salsa de tomate San Marzano con queso parmesano y ravioles de ricotta, limón con emulsión de salvia y yogurt de hierbas locales. Terminamos con un helado de rol de canela, para endulzarnos el resto del día.
Cena en Los Veleros, un clásico
Para cenar, visiten un clásico de Valle desde 1975: se llama Los Veleros y pertenece a la familia Salgado con tres generaciones de cocineros. Lleguen a tiempo para disfrutar del atardecer, tanto desde la sala interior como de su agradable terraza exterior. Ahí probamos de entrada los chícharos tatemados con vinagreta de aceite de ajonjolí, limón y sal de gusano. Luego sopes con chilório en caldillo de tomate verde y rueda de robalo a la cazuela braseado en salsa blanca con camarones al ajillo. De postre un muy mexicano flan napolitano y un mousse de chocolate al estilo francés.
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Cena en La Casa Rodavento
Nuestra segunda recomendación para cenar en el centro histórico de Valle de Bravo, es el restaurante al interior del hotel boutique La Casa Rodavento. Ahí empezamos con un par de cócteles (La Casa Roja con mezcal, Ancho Reyes, jamaica, cítricos) y Rosse (gin, licor de casis, cardamomo, limón, infusión de buganvilia). De entrada, sushi crujiente con atún, salmón, aguacate, ponzu, chipotle, cilantro y ensalada de kale con mango, col morada, nuez de la India, aderezo limón jengibre. El chef Alberto Colín nos preparó también burrata con salsa malasya, sopa de coco, pad thai, tacos de pato, terminando con tres exquisitos postres.
El Santurario Resort – Carretera a Colorines km. 4.5 San Gaspar del Lago, 51217 Valle de Bravo, Méx. / +52 726 9100
Quirina – Del Depósito #102, Agua Fria, 51200 Valle de Bravo, Méx. / +52 726 103 1000
Solar Paraíso Lúdico – Paseo Acatitlán 61, 51200 Valle de Bravo, Méx. / +52 726 972 3417
Los Veleros – Fray Gregorio Jiménez de La Cuenca 194, Centro, 51200 Valle de Bravo, Méx. / +52 722 229 0241
La Casa Rodavento – De las Ratas 18, Centro, 51200 Valle de Bravo, Méx. / +52 726 688 5546