En toda Europa durante el siglo XVI y el XVII el peltre vivió la época de oro. Las vajillas, tazas, cubiertos, teteras y platones, decoraban las ostentosas mesas. Además las técnicas para trabajarlo comenzaron a mejorar, lo que ayudo a que las piezas fueran más estéticas y detalladas.
Por: Fernanda Hernández @ferhernandez_v
Además de ser funcional el peltre aportaba belleza a las mesas. Durante el Art Nouveau la afección por el peltre disminuyó y comenzó el uso de vidrio, acero y porcelana.
Durante 1760 en Alemania encontró un esmalte porcelanizado que revoluciono el uso del peltre en el ámbito doméstico. En México durante la década de los 90, el peltre se popularizó por el bajo costo de producción y la diversidad de diseños, también era un material funcional que permitía una mejor conducción de calor.
Al pasar los años otros materiales como cerámica, porcelana y vidrio desplazaron el peltre y para muchos se convirtió en un material barato, que solo se utilizaba para cocinar. Durante mucho tiempo los utensilios de peltre se consideraron para la clase baja en el país.
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Actualmente muchas técnicas de cocina, materiales, recetas y utensilios han vuelto a tomar fuerza, entre ellos el peltre. En el país las nuevas generaciones de diseñadores han optado por el peltre como una fuente de inspiración. Existen vajillas coloridas, tazones, tazas y platos que llevan en cada trazo parte de esa creatividad.
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