Te toca invitar a comer al mejor de tus clientes o a tu jefe y, además del restaurante, debes fijarte en el vino. Te damos consejos para que triunfes.
Es un cliente con mucho potencial, quien más aporta económicamente a tu empresa. Lo debes llevar a comer o a cenar y quedar bien. ¿Qué haces al momento de pedir vino? No es tan difícil salir del paso: una de las mejores recomendaciones es verificar si hay un sommelier en el restaurante. Será la persona mejor preparada para orientarte y brindarte opciones de acuerdo a lo que elijan de comer, además, claro, del presupuesto.
Por: Ángel Rivas
Ojo, el capitán o el mesero no siempre están capacitados en cuanto al tema. En ocasiones te venderán la botella que les genere una comisión, la más cara o la que a ellos les gusta, aunque no vaya de la mano de tus platillos ni concuerde con tus expectativas. En caso que no exista un sommelier, ve preparado desde antes. Al invitar a tu cliente puedes preguntarle a dónde quiere ir y si le agradaría un sitio con buenos vinos. Eso te dará la pauta para saber si es muy aficionado o no.
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Guíate por el dicho “blanco para pescados y tinto para carnes”. No es una regla pero en estos casos ayuda. Si hay más invitados lo mejor es pedir la misma elección para todos, pero dale preferencia a la persona más importante.
Como tú eliges el vino, tú lo pruebas. Lo único que debes verificar es que no huela o sepa a trapo viejo o a coliflor cocida, y que esté a buena temperatura (fresca para tintos y fría para blancos). No temas exigir que te lo enfríen más o devolverlo si tiene un defecto.
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¿Tu cliente es extranjero? Sorpréndelo ordenando un vino mexicano. Además de que será más familiar para ti, a él le gustará probar algo que no tiene en casa. No necesitas ser un experto para quedar bien en este tipo de situaciones.