Conoce estos 10 tipos de corchos, que seguramente has visto alguna vez en tu vida pero que quizá no sepas cuánto benefician o perjudican a tu bebida.
El corcho es un factor importante a tomar en cuenta cuando se trata de apreciar vinos. Contrario a lo que muchos podrían pensar, no hay solo un tipo. Hay muchos. Hoy te hablamos de 10 de ellos que tienes que conocer, antes de abrir tu próxima botella.
Existen algunos tipos principales de corcho, de los que derivan más. No obstante, de estos iniciales podemos identificar algunas características y usos especiales que te explicamos a continuación.
Es considerado el de mayor calidad por su porosidad, facilita una evolución óptima del vino en la botella. Sin embargo, tiene TCA (tricloroanisol), un compuesto que se encuentra en la naturaleza: en maderas, agua, tierra, legumbres y frutas. Este elemento puede afectar negativamente el aroma y sabor del vino.
Se extrae de una sola tira de corcho, lo que permite un proceso de envejecimiento perfecto. Es el tapón más respetado y se clasifica en flor, extra, superior, primera, segunda, tercera, cuarta y quinta. Se encuentra en los vinos más sofisticados de alta gama, Icon y Premium.
Estos tapones se fabrican con la unión de dos o más mitades de corcho natural. La técnica utilizada implica pegar estas mitades para formar un único tapón. Las clases y medidas de los tapones suelen ser similares a las de los corchos naturales de una sola pieza. Esto implica que se mantienen los estándares de tamaño y forma, facilitando así su uso en diferentes tipos de botellas.
Estos no son recomendados para vinos o líquidos que se planea almacenar por periodos prolongados. Su uso es para botellas de gran formato, las cuales requieren tapones de calibres mayores. Son una alternativa práctica para ciertos tipos de embotellado. Su uso debe considerarse en función al tipo de bebida y el tiempo de almacenamiento previsto.
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Estos tapones contienen ‘lenticelas’, pequeñas estructuras porosas que se rellenan con polvo de corcho. Este polvo proviene del proceso de rectificación de otros tapones naturales, asegurando así un aprovechamiento eficiente del material.
Para fijar el polvo de corcho en las lenticelas, se utiliza una cola especial compuesta de resina y caucho natural. Esta cola ha sido aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), garantizando su seguridad para el contacto con alimentos y bebidas.
Sin embargo, es importante señalar que, al igual que en otros casos, existe la posibilidad de que esta cola transfiera ciertos aromas al vino. Por esta razón, estos tapones suelen emplearse principalmente en vinos jóvenes que no requieren un largo proceso de envejecimiento en botella. Por lo general se utilizan para vinos jóvenes.
Se fabrica con pequeños fragmentos de corcho natural unidos con aglutinantes y es una opción más económica. Estos tapones representan una solución innovadora y sostenible en la industria del embotellado. Los tapones se fabrican a partir de granulados de corcho, aprovechando los materiales no utilizados para producir tapones naturales. Este enfoque optimiza el uso de recursos naturales y contribuye a la reducción de desperdicios en el proceso de producción.
Existen dos métodos para la fabricación de estos tapones: mediante un molde individual o a través de un proceso de extrusión. En ambos casos, se utilizan sustancias seguras y aprobadas para estar en contacto con alimentos, asegurando así la integridad y seguridad de los productos envasados.
La principal variación entre los diferentes tipos de tapones radica en la elección del calibre del granulado de corcho. El aglomerado es el resultado de un proceso industrializado. Este aspecto puede ser un inconveniente para aquellos que prefieren métodos más artesanales. Estos se encuentran en vinos destinados a consumirse en el año, generalmente en un período de no más de doce meses. Son ideales para vinos de bajo precio y alta rotación.
Este revolucionario diseño fusiona lo mejor de dos mundos: una botella de vidrio con un acabado de rosca interior y el corcho tradicional, ofreciendo la opción de una apertura fácil. La presentación permite volver a cerrar la botella con facilidad, manteniendo las propiedades del vino al nivel de un corcho convencional.
Su implementación en las bodegas es factible, pero requiere de ciertas modificaciones en las líneas de llenado, para adaptarlas a este nuevo sistema. Estos se encuentran en vinos populares Premium, caracterizados por una alta rotación.
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Algo que distingue a este corcho es su cuerpo aglomerado con discos de corcho natural en ambos extremos. Su resistencia y capacidad de aislamiento lo hacen una opción popular para muchos viticultores.
El cuerpo está hecho de aglomerado, que es corcho granulado y recomprimido. Los extremos del corcho, que son visibles cuando la botella está sellada y abierta, están hechos de corcho natural. La idea detrás de esta construcción es combinar las ventajas del corcho natural y del aglomerado.
El corcho natural es valorado por su apariencia y su capacidad para formar un buen sello, mientras que el corcho aglomerado es más económico y puede producirse de manera más sostenible, ya que utiliza material que de otra manera se desperdiciaría. La combinación de ambos en un tipo “1+1” busca ofrecer una solución práctica.
Es popular en muchas bodegas ya que proporciona un sellado eficaz a un costo menor que los corchos de pieza única de corcho natural, manteniendo al mismo tiempo una apariencia atractiva. Además, ofrecen un buen rendimiento en términos de preservación del vino y son adecuados para vinos destinados a ser consumidos dentro de un periodo relativamente corto después del embotellado.
Este corcho es diseñado exclusivamente para soportar la presión del anhídrido carbónico en vinos espumosos, tiene un diseño que se adapta a las necesidades que requiere este vino. Se utilizan en sidras, cavas y vinos espumosos. El diámetro del tapón es mayor al de los normales para soportar las elevadas presiones existentes en las botellas de vino con gas. Se presentan en clases extra, superior, primera y segunda, pudiendo variar según el fabricante.
Este núcleo se compone de granos de corcho unidos y en uno de sus extremos se le adhieren de uno a tres discos de corcho natural seleccionado. El proceso de fabricación y el control de calidad de estos tapones es sumamente detallado y riguroso. Este cuidado en su producción asegura que los tapones ofrezcan los mejores resultados físicos, químicos y microbiológicos.
Entre los inconvenientes, cabe destacar que los discos de corcho natural que se aplican en sus extremos están adheridos mediante un tipo de cola que ha sido aprobada por la FDA. A pesar de esta aprobación, existe la posibilidad de que esta cola cause la transferencia de aromas no deseados al producto.
Son una innovadora solución en el mundo de las bebidas. Su diseño ofrece una funcionalidad práctica para consumidores. En su extremo superior, se encuentra una cabeza elaborada con diversos materiales como madera, PVC, porcelana, metal, vidrio, entre otros.
Esta variedad permite una adaptabilidad a las preferencias de marcas, ya que, la base de tapón puede ser natural o colmatada, lo que se refiere a la integración de partículas de corcho para sellar pequeñas imperfecciones.
Su fácil reutilización, fomenta prácticas sostenibles al reducir la necesidad de tapones de un solo uso. Si el embotellamiento no se realiza correctamente, existe el riesgo de que el vino o la bebida espirituosa se deteriore, perdiendo su calidad y sabor.
Los T Cork se encuentran comúnmente en bebidas que no suelen consumirse de una sola vez o en espirituosas que están listas para ser consumidas como el vino de jerez, moscatel, vinos de oporto, brandy, whisky, vodka, cognac, armagnac, calvados, licores y aguardientes.
En esta línea se desarrolló un avance significativo. El uso del corcho natural 100% mejorado con una membrana de última generación. Este tapón, conocido como ProCork, es el resultado de la combinación de tradición y tecnología de punta, para proteger y preservar el vino.
El corcho natural utilizado en ProCork es realzado con una membrana elaborada a partir de polímeros de alto peso molecular de la más alta calidad, originarios de Japón y Estados Unidos. Este desarrollo se basa en el método de Bernard Fabre, que consiste en aplicar una membrana imperceptible de cinco capas en ambos extremos de los tapones de corcho.
Permite el paso de oxígeno en cantidades precisas, crucial para el proceso de envejecimiento del vino y asegura una mayor uniformidad en el sabor y calidad dentro de una misma cosecha.
El uso de ProCork está centrado en vinos de alta gama, aquellos destinados al envejecimiento en botella. Este enfoque resalta la importancia de este tapón en la preservación de vinos que requieren condiciones óptimas para desarrollar sus cualidades.
Estas tapas son diseñadas para proporcionar un sellado hermético y seguro, manteniendo la calidad y frescura del vino después de abrir la botella. Estas son reutilizables y fáciles de usar, están hechas de materiales duraderos como plástico, silicona o combinaciones de ambos. Su diseño permite sellar la botella, lo que ayuda a preservar el vino de la oxidación y de otros factores que podrían afectar su sabor y calidad. Además son ideales para los consumidores que no terminan una botella de vino en una sola sesión y desean conservarlo para consumo posterior.
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Cada tipo de corcho tiene su propósito y utilidad, reflejando la diversidad y riqueza del mundo vinícola. Desde el prestigioso corcho natural hasta las opciones más económicas y funcionales, la elección del corcho adecuado es un aspecto esencial en la presentación y conservación de cada botella de vino.