Te contamos más sobre los ingredientes clásicos de la michelada, así como el origen de esta bebida. ¿Es mexicana? Descúbrelo
Algunos las preparan con chamoy, chile piquín, limón y sal. Otros las prefieren con jugo de tomate, gomitas, tamarindo, ajonjolí y hasta camarones. En lo que todos coincidimos es que no nos podemos resistir a una michelada bien fría para enfrentar el calor. Por eso acá te contamos sobre sus ingredientes clásicos.
Por Yulissa Arcos
En la playa, en el estadio, con tus amigos o para acompañar los alimentos, la michelada es una de las bebidas favoritas que se disfrutan en cualquier ocasión. La variedad de elementos que se le pueden añadir es infinita. Te invitamos a conocer más sobre su origen.
El nacimiento de la michelada se atribuye al Club Deportivo Potosino, en la ciudad de San Luis Potosí. La versión popular cuenta que un hombre llamado Michel Ésper pedía su cerveza con hielo, sal y limón; la bebida debía estar servida en una copa chabela con popote.
Debido a su rápida popularidad, y en honor a su creador, la michelada adoptó ese peculiar nombre. Otra famosa teoría afirma que el término es una deformación de la frase: “mi chela helada”. En cualquiera de los casos, esta bebida es una invención totalmente mexicana.
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Ahora que ya conoces las teorías convencionales sobre su nacimiento, te contamos más de los ingredientes tradicionales para refrescar el verano. Solo debes escoger la cerveza de tu preferencia; no importa si es oscura o clara, en ambos casos debe estar bien fría.
El jugo de limón no puede faltar en una michelada; deberá bañar el filo del vaso para que el escarchado de sal se adhiera perfectamente —puedes sustituirla por chile en polvo—. Te recomendamos agregar un poco del zumo al interior del vaso. Añade salsa inglesa y jugo sazonador, esto hará la diferencia.
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Algunas recetas tradicionales le dan un plus con unas gotas de salsa picante, sin embargo, este ingrediente es opcional al igual que unos cuantos cubos de hielo. Ahora sí, vierte la cerveza y revuelve hasta incorporar todos los elementos. ¡Ya tienes una michelada! Deliciosa, ¿no?