Las diferencias entre los vinos orgánicos y los biodinámicos son muy claras. Hoy te contamos más de ellas para que los reconozcas.
En la actualidad es común escuchar hablar de vinos orgánicos y también de opciones biodinámicas. ¿Tienes idea de qué es lo que distingue a unos de otros? Entender lo que los hace diferentes no es difícil. Toma nota y pon mucha atención la próxima vez que los tengas enfrente.
Los vinos orgánicos son el resultado de prácticas de cultivo que se adhieren a estándares orgánicos certificados. En la viticultura orgánica, se evitan los pesticidas y fertilizantes químicos sintéticos, priorizando métodos naturales para el manejo de plagas y la fertilización del suelo.
Este enfoque se extiende al proceso de vinificación, durante el que se minimiza el uso de aditivos y se busca preservar la pureza de la uva.
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Además de la certificación que debe acompañar a los cultivos orgánicos y su posterior conversión en botellas para consumir, hay otras cosas que caracterizan a estas bebidas.
Cultivo sin químicos sintéticos
Limitación de aditivos en la vinificación
Los vinos biodinámicos van más allá de las prácticas orgánicas al incorporar principios esotéricos de la agricultura biodinámica. Basada en las enseñanzas de Rudolf Steiner, esta filosofía considera la viña como un organismo vivo interconectado con su entorno cósmico.
Los productores biodinámicos siguen un calendario lunar y astral para determinar el momento óptimo de plantación, cosecha y otras actividades vitícolas.
Enfoque Holístico:
Calendario Biodinámico:
Así, mientras que los vinos orgánicos se centran en evitar químicos sintéticos, los vinos biodinámicos adoptan una perspectiva más amplia, integrando principios espirituales y cósmicos en la agricultura.
Ambos enfoques buscan la sostenibilidad y la autenticidad en la producción de vinos, ofreciendo opciones conscientes para los amantes de esta bebida milenaria. ¿Prefieres probar vinos orgánicos o biodinámicos? ¿O ambos?