Aprende sobre el origen, métodos de elaboración, uvas utilizadas, cómo disfrutar y diferenciar entre el vino espumoso, Prosecco, cava y champagne.
Hablar de vinos espumosos puede parecer abrumador gracias al amplio panorama que se ha desarrollado a los largo de la industria. Un fascinante universo lleno de matices y diferencias. Aunque términos como Prosecco, cava y champaña son frecuentemente utilizados como sinónimos del vino espumoso, la realidad es que cada uno tiene características específicas que los hacen únicos. En esta nota, exploraremos las diferencias entre estos tipos de vinos: desde su origen y elaboración hasta las variedades de uvas que los componen.
Por: Desiree Perea
En primer lugar, debemos partir del término ‘vino espumoso’. Esta categoría abarca todas aquellas bebidas que contienen dióxido de carbono de manera natural como resultado de una segunda fermentación. Este gas es el que crea las icónicas burbujas que dan vida al espumoso. Dentro de este tipo de vino, podemos encontrar variedades como: Prosecco, cava y champagne; cada uno debe cumplir con características particulares para poder nombrarse como tal.
La ubicación juega un papel crucial en la definición de estos vinos. Para asegurar la calidad y autencidad del vino final, cada uno de ellos está protegido por la Denominación de Origen. Esto quiere decir que únicamente pueden producirse en una región específica para poder etiquetarse bajo alguna de estas opciones:
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Por otro lado, también es importante hacer énfasis en que estos vinos espumosos no se elaboran a partir de las mismas uvas. De hecho, esto también es parte de la validación de la Denominación de Origen. Por ejemplo, el champagne se elabora a partir de tres uvas: Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier.
En cuanto a la cava, este vino aprovecha la riqueza de uvas locales como: Macabeo, Parellada y Xarello; mientras que el Prosecco utiliza una única uva conocida como ‘Glera’, una uva blanca con alta acidez y notas florales.
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Otro factor importante que hace toda la diferencia entre estos vinos espumosos es el proceso de elaboración que siguen. Es importante enfatizar que todos, sin importar si hablamos de Prosecco, cava o champagne, requieren de una doble fermentación para poder generar las burbujas de manera natural. Sin embargo, para lograrlo, es posible recurrir a distintos métodos.
Utilizado en champagne y cava. Para el primero, la segunda fermentación requiere de mínimo 9 meses, mientras que para la cava, la temperatura ideal del proceso es más cálida. Este método para ambas opciones resulta en burbujas finas y persistentes.
Este método se emplea exclusivamente en el Prosecco. Aquí, la segunda fermentación se realiza en grandes tanques de acero inoxidable, lo que produce burbujas más ligeras y aromas frutales. Asimismo, de acuerdo a su nivel de azúcar, se encuentran sub-categorías: Brut, Seco y Extraseco.
Diferenciar entre cada uno, no busca generar controversia o encontrar el mejor postor, simplemente es mejor conocerlos para poder seleccionarlos de manera inteligente. Cada uno tiene notas y propiedades que pueden ayudar a elevar el sabor de los platillos o bien, funcionar como un aperitivo. Tanto el Prosecco, champagne y la cava son opciones ideales que seguro querrás considerar para tus cenas de Navidad o Fin de Año.