El Ruso Blanco y el Ruso Negro son dos cocteles clásicos y potentes. Son preparaciones muy sencillas pero no por ello carecen de estilo.
El Ruso Blanco y el Ruso Negro son dos cocteles clásicos y potentes. Son preparaciones muy sencillas pero no por ello carecen de estilo.
Por Michelle López – @Mich_Lv
Ninguno de ellos es como tal originario de Rusia; reciben su nombre del hecho de que ambos llevan como base principal vodka y quizá también porque uno de sus principales ingredientes es el frío. Son relativamente jóvenes – fue en el Bélgica de 1949 cuando gracias al barman del Hotel Métropole la combinación de este licor y café vio la luz triunfal.
Prepararlo no implica mayor complicación: con 50 mililitros de vodka por cada 20 de licor de café y mucho hielo se logra una preparación única de sabor muy particular. Para un Ruso Blanco la base es el Negro tradicional y sólo se agregan aproximadamente 30 mililitros de leche evaporada. En este caso el sabor es más suavizado pero no por ello hay que confiarse: el vodka sigue estando ahí junto con todos sus efectos.
Han surgido algunas variaciones, desde jugar con las cantidades de uno y otro líquido como por ejemplo incorporar a la mezcla helado de chocolate para añadir nuevas notas de sabor. ¡Sea cual sea tu versión favorita, lo importante es disfrutarla al máximo!
Así se prepara el coctel perfecto