Querétaro cobra fuerza como nueva potencia del vino, y el viñedo San Juanito es clara prueba. ¡Acompáñanos a recorrerlo y disfrutar sus uvas!
Matías nos recibe, afectuoso aunque nos acabamos de conocer. Sus 10 años de vida, pocos para nosotros, a él le han dado experiencia y dominio total sobre el terreno que es su hogar. Con su ojo azul y su ojo café, este husky nos da la bienvenida a San Juanito, uno de los viñedos de Querétaro cuyo legado vinícola apenas comienza.
Texto e imágenes: Michelle López
A 2,000 metros sobre el nivel del mar, los días aquí comienzan temprano y pese al frío Matías espera fielmente a doña Silvia, la esposa de Antonio Treviño, propietario de San Juanito, para recibir su desayuno. No insiste, sólo aguarda pacientemente mientras conquista el corazón de cuantos lo encuentran.
Ir a San Juanito es toda una aventura sensorial: puedes elegir entre distintos tipos de tours en los que te reciben con una copa de rosado espumoso y recorres los cultivos de uvas, el área de producción, la bodega donde podrás catar las distintas etiquetas, y cierras con broche de oro frente a pizzas al horno ilimitadas. Querido lector, disfrutar de copa tras copa de vino tinto junto con delicias de tomate, queso de cabra, aguacate o chorizo es una experiencia que sería imperdonable desestimar.
–Querétaro, el nuevo gran destino turístico y culinario
El viñedo ha obtenido múltiples premios internacionales por la calidad de sus etiquetas. Lo que comenzó casi como un juego les llevó a un oro en San Francisco y a partir de ahí a una serie de triunfos mundiales que siguen consolidando la marca. Matías lo sabe, y muestra con orgullo la tierra recién cosechada. A veces corre detrás del transporte, a veces los años le ganan y viaja a bordo, pero su comodidad con el entorno es contagiosa.
Desde la plantación se observa a la distancia el Bernal, la peña más famosa del estado y una de las más importantes de México y el mundo. Pero Matías ya está acostumbrado al espectáculo: prefiere recostarse entre las plantaciones de Malbec, Cabernet Sauvignon y Merlot para resguardarse del calor de mediodía. En San Juanito sólo se plantan uvas de tinto, pero no necesitan más.
–Calvillo la tierra de la guayaba
En años recientes San Juanito se ha extendido a más ramas de la industria turística: cuentan con un pequeño hotel boutique cuyas suites tienen vistas al viñedo y al campo. También hay una explanada donde se celebran bodas u otros eventos y puedes organizar ceremonia y recepción sin límite de tiempo.
Lo mejor es recorrer San Juanito con la guía del sommelier Benjamín Espinosa, quien conoce este viñedo y sus frutos como el mejor secreto. Nos explica que el tanino del vino queretano es menos astringente que, por ejemplo, aquél del argentino, y aquí en San Juanito favorecen las barricas francesas y las combinaciones con uva Syrah.
Sus rosados son una caricia al paladar y Amanecer, su tinto más joven, ilumina los sentidos. Se trata de vinos versátiles para sabores fuertes: el Malbec 2014 hace buena pareja con carnes, mole y pipián, mientras que el Reserva será la compañía ideal de pastas, pescados e incluso chile en nogada. Por su parte el Amanecer es excelente con queso de cabra y tartas.
Aunque Matías prefiere no bajar a la cava y quedarse disfrutando del sol, comparte su voto de confianza sobre los vinos de su casa.
Al frente de la cocina está la chef Alejandra García, quien con apenas dos meses en el viñedo ofrece una auténtica experiencia de hogar. Originaria de Querétaro y de una familia apasionada del vino, San Juanito era su destino natural. Eso sí, ella opina que hablar únicamente de la cocina queretana o del centro del país sería injusto. “Somos un país que ofrece muchísimas cosas. Tenemos tantos climas y productos que podemos hacer cosas increíbles.”
Quienes se hospeden en el hotel o simplemente visiten encontrarán que desde el café y pan que ofrece a las cuatro de la mañana antes de empezar la vendimia, hasta sus enchiladas queretanas y jugo de naranja con flores, hay amor en cada bocado. “¿Gustan un té?”, pregunta con su eterna sonrisa, y acto seguido corre al jardín para cortar jazmín y menta frescos – es el té de su propio huerto.
Por si fuera poco, también puedes disfrutar de una cena romántica en la cava del viñedo, también sazonada con el toque especial de la chef. Tampoco dejes de disfrutar la opción de maridaje por copeo: degusta una copa de vino empatada perfectamente con un platillo.
No dejes de vivir las sorpresas gastronómicas de Querétaro y de todo México; sin importar cuáles sean tus gustos hay un bocado de nuestro país perfecto para ti. Y si por ahí te encuentras a Matías, pásale nuestros saludos.