Por: Paulina Salgado
Podría parecer que el cold brew no es más que café frío, sin embargo, su preparación es mucho más compleja.
La gran diferencia de este café en comparación con otros, es que para su elaboración se utiliza agua a temperatura ambiente en lugar de agua caliente. El café molido se infusiona hasta por 20 horas para crear un concentrado de café y que pueda diluirse perfectamente con agua y servirse con hielos. Es gracias a este proceso que se logra una bebida con menos acidez y con más cafeína ya que mientras mayor tiempo pase el grano de café en contacto con el agua más cafeína podrá liberar.
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Para prepararlo necesitas:
- 220 gramos de café molido
- 8 tazas de agua a temperatura ambiente
- 1 jarra
- 1 frasco grande con tapa
- 1 manto del cielo
- 1 taza medidora grande
Modo de preparación:
- Coloca el café en la jarra y agrega el agua lentamente, mientras revuelves perfectamente la mezcla.
- Tapa la jarra y refrigera hasta por 20 horas.
- Vierte el líquido sobre la taza medidora con la ayuda del manto del cielo. Hazlo de manera lenta, de ninguna manera aprietes la bolsita, tienes que dejar que se cuele lentamente, la paciencia es el secreto.
- Una vez que tienes el concentrado, viértelo sobre el frasco y cierra herméticamente para poder conservarlo durante más tiempo. Puede durar hasta dos semanas dentro del refrigerador.
- Por último, sirve el café en un vaso o taza.
Recuerda que como se trata de un concentrado de café, lo ideal es rebajarlo con agua o leche, si lo prefieres puedes endulzarlo con caramelo. ¡Quedará delicioso! Ahora que ya sabes cómo se hace un cold brew, comparte la receta con todos tus amigos.