Ada Stiker te da sus razones por las que el champagne es un indispensable en esta temporada, disfruta la lectura y prepara tu copa.
Nos guste o no, abrir una botella de champagne siempre nos provoca alegría, dibuja una sonrisa en nuestro rostro y nos invita a celebrar.
En México, contrario a Francia donde el champagne se usa de aperitivo (porque el vino principal es el primero y busca un orden que va de lo sutil a lo más intenso), una botella de champagne se abre al final para brindar por el momento o por la persona festejada.
Para mí, si el champagne tuviera personalidad sería un líder, porque éste tiene la cualidad de influir sobre los demás, despertando nuestras emociones y antojándonos a pedir una al verla en la mesa de al lado.
Arriba del champagne no hay nada. Este precioso y chispeante elixir es de los vinos más elegantes de la historia: elaborado para reyes, hecho a partir de uvas tintas y blancas (pinot noir y chardonnay generalmente) provenientes de viñedos especiales y de un clima en particular.
La manera de elaborarlo es difícil y requiere de mucho tiempo y precisión, sobre todo cuando no es un champagne de volumen requiere de un trabajo manual importante. Por ejemplo, el oficio de girar las botellas de champagne para remover sedimentos es todo un arte pues sólo los más expertos saben cuánto es necesario moverlas -un cuarto, un octavo o un decimosexto, y siempre de derecha a izquierda, generalmente es un trabajo que se hereda. Se les llama “removedores” y cada vez hay menos a causa de la automatización del sector. Una pena a veces necesaria, por eso “puristas” o amantes del vino de champagne como yo estamos siempre en la búsqueda de esa obra de arte, incansables catadores del mejor producto en su categoría.
Entonces así como la persona que lleva “la voz cantante” dentro del grupo, un líder así es el champagne: ¡Lo ves, lo escuchas, lo admiras, lo quieres! Mis favoritos para estas fiestas son: Ruinart (el blanc de blancs), Brut nature by Philippe Starck de Louis Roederer, Perrier Jouet Belle epoque, no sencillos pero de eso no se trata, ¿cierto?
Santé!
Por Ada Stiker @ada_stiker