El ejercicio de evaluar un vino es algo muy personal porque en ello intervienen las historias personales, los sabores de casa y los viajes. En esta ocasión nos dimos a la tarea de probar vinos rosados para al final elegir nuestro favorito.
El ejercicio de evaluar un vino es algo muy personal porque en ello intervienen las historias personales, los sabores de casa y los viajes. En esta ocasión nos dimos a la tarea de probar vinos rosados para al final elegir nuestro favorito.
Texto: Raquel del Castillo: Imagen: Nancy Granados
Primero hay que saber que hay cuatro posibilidades de vino rosado. Garnacha: con notas de sandía, miel, pepino y limón amarillo; Pinot Noir: en el cual podemos detectar piel de cítricos, un acento vegetal y cereza; Sangiovese: con cereza dulce, fresa, algunas especies como clavo o canela; y por último el Syrah: un blend en el cual destaca la cereza blanca (que bien podría ser el lychee), pimienta blanca y rosa así como piel de cítricos.
6 vinos rosados para consentir el paladar
En esta ocasión bajo la dirección del enólogo Jesús Rivera de la bodega El Cielo catamos seis etiquetas a ciegas. La ganadora (por votación) fue Rosea de Casa Origo, un rosado elaborado con uva Grenache cultivada en Valle de Guadalupe. A la vista tiene un color salmón muy elegante, con aromas de membrillo, miel, flores blancas y toronja ligera. En boca es persistente y elegante con notas de durazno y frutos rojos.
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