Tequila Casa Dragones creó un reposado único, que reposa en barricas de roble Mizunara japonés, ofreciendo un perfil de sabor diferente
Cuando se habla de una mezcla cultural, hay acercamientos mucho más armónicos, que tienen sentido desde el primer cruce, considerando incluso la distancia geográfica, temporal y hasta social de cada país o región en este tipo de ecuaciones. Es el caso, por ejemplo, de Japón y México, a la luz de Casa Dragones Mizunara Reposado.
A través de la madera que resguarda los atributos únicos del whisky japonés, Tequila Casa Dragones creó un reposado que realmente dice algo diferente, desde su proceso de creación hasta el momento que protagoniza cualquier brindis.
En el año 2018, Bertha González Nieves, la CEO y cofundadora de Tequila Casa Dragones, trajo del llamado país del sol naciente las primeras barricas nuevas hechas de roble Mizunara. Más escaso que el roble europeo y el americano, este roble japonés suele producir sólo la mitad de madera que otros, y se caracteriza por tener por sus ramas y troncos retorcidos.
A través de un método impulsado por la innovación pero también por el respeto a los fundamentos de dos culturas —la mexicana y la japonesa—, Tequila Casa Dragones creó una expresión única dentro de los tequilas, que reposa en esta singular madera, y ofrece así sutiles notas de magnolia y flor de naranja en la nariz, con notas de chabacano y ganache en el paladar, y un cálido final con notas de grano de café y especias suaves.