De hojas ligeramente enruladas, el té negro proviene de la región de Assam, en la India, reconocida como la mayor área de cultivo de té en el mundo
Aunque China es la cuna del té negro, en la región de Assam se ha consolidado una industria capaz de proveer el 90% del consumido en Occidente. La mayoría de éste se emplea en sacos y mezclas para el desayuno, como el English Breakfast, que usualmente se acompaña con leche. Sin embargo, en Assam también se producen tés negros de enrulado ortodoxo, verdes y blancos.
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Por: Ingrid Cubas
Las hojas frescas de Camellia Sinensis Assamica se exponen al aire para que se comiencen a marchitar y disminuyan su porcentaje de agua. Durante este proceso se oxidan y se generan cambios químicos que repercuten en su calidad, lo que afecta su aroma, color y sensación en boca. En el método ortodoxo se enrollan y liberan aceites que cambian su color a un tono oscuro, indicador del momento de secado.
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Se recomienda servir dos gramos por cada 160 mililitros de agua a 95 ºC, e infusionar durante cuatro minutos. Su color café, con un halo verde sutil, muestra su intensidad y brillantez. Al probarlo no resulta amargo ni astringente; tiene un sabor dulce, con notas de frutos secos, ciruela pasa y caramelo, además de una ligera carga de malta.