Hay un vino que se bebe el mismo día en todo el mundo: el Beaoujolais Nouveau, producido en Francia, en la región del mismo nombre; está hecho con la cepa Gamay. Las botellas de la nueva añada se beben por primera vez el tercer jueves de noviembre.
Por: Ava García Leeh
Este vino se ha producido en la región desde hace muchos años. Hace tiempo se consumía solamente ahí; era el que se tomaba para festejar el fin de las cosechas. Y el modo de elaborarlo es muy particular; se hace con un método que se llama maceración carbónica, en el que los granos completos se introducen en cubas y ahí, con las levaduras propias de la uva, la fermentación inicia: es una fermentación sin levaduras añadidas. El resultado es un caldo frutal, aromático y muy fácil de beber.
Estos vinos están pensados para consumirse jóvenes. El Beaujolais Nouveau está listo tan solo seis u ocho semanas después de que la uva fue cosechada.
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Ahora, las razones por las que todos bebemos este vino el mismo día son muy simples, y a la vez complejas: marketing.
Luego de años de que los franceses produjeran y consumieran localmente este vino, uno de los más grandes productores de la región, –desde entonces y hasta ahora- Georges Duboeuf, pensó que como la producción era mucha, ese vino podría venderse. Y, justo en tiempos posteriores a la cosecha, a las bodegas francesas les venía bien tener dinero, y rápido.
Así fue como en la década de los 70, Duboeuf decidió poner a la venta ese caldo, echando mano de estrategias de mercadotecnia que los expertos de hoy envidiarían: hizo una carrera de Beaujolais a Paris; la intención era llegar rápido para poner el vino a la venta en la capital francesa.
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Por supuesto, los medios de comunicación y las comercializadoras de vino quedaron encantados. Y desde entonces el Beaujolais Nouveau llega a todo el mundo el tercer jueves de noviembre, siempre con una imagen renovada.
Acompaña tu Beaujolais Nouveau con una pizza, una pasta o una tarde de Netflix. Y recuerda que es un vino pensado para ser sencillo, fácil de beber y sin pretensiones; no hay que pedirle peras al olmo: este vino es pura fruta, y desde su proceso de elaboración está planeado así.