Cada elemento de la cerveza contribuye a darle su extraordinario sabor y consistencia. Descubre 11 cosas que han convertido a la cerveza en esta bebida tan clásica.
Di salud con la bebida más popular del planeta y disfruta estos datos curiosos.
Con estos datos estarás listo para presumirle a tus amigos el gran cervecero que eres.
Por Karla Lavariega y Ángeles López
La malta es el cereal más utilizado para hacer cerveza. Mediante el proceso de malteado de los granos de cebada se obtienen las enzimas que convierten al almidón en azúcar.
Además de estabilizar la espuma, la flor de esta planta le otorga el amargos a la bebida y la conversa.
Se agrega al mezclarse con la malta y también se usa para e filtrado. El líquido de cada región le imprime su gusto característico a cada producto. Una cerveza contiene 85% a 92% de agua.
Estos hongos unicelulares fermentan los glúcidos y los aminoácidos de los cereales para convertirlos en alcohol etílico y dióxido de carbono.
Son ingredientes que estabilizan y hacen más suave el sabor, algunos ejemplos son el trigo, la avena y el maíz.
Se puede incluir durante la ebullición para aumentar la cantidad de alcohol o para diluirla, según sea el caso.
La forma ideal para lograr que un tarro no tenga un exceso de espuma, consiste en inclinarlo en un ángulo de 45 grados antes de servir el líquido.
Posee más proteínas y vitamina B que el vino, además de importantes minerales indispensables para que el organismo realice diferentes procesos metabólicos.
En el mundo existen más de 500 tipos de cerveza, pero Bélgica es el país que tiene el mayor número de marcas.
Bayerische Staatsbrauerei Weihenstephan es la cerveza más antigua del planeta. Tiene casi 10 siglos de existencia y se ubica en Baviera, al sur de Alemania.
La cervecería Krueger’s puso a la venta la primera cerveza enlatada el 24 de enero de 1935.