Famoso por las aguas termales, la belleza natural y la vista del lago Ashinoko del cercano monte Fuji, Hakone es uno de los destinos más populares de Japón. La morfología geológica de Hakone se entreteje con la ardiente pasión de la actividad volcánica. Un crisol de los tiempos hace 180,000 años y entre 49,000 y 60,000 años atrás.
Por Deby Beard.
Es la razón por la que el lago Ashi reluce en el horizonte y las aguas termales fluyen en armonía. Este lugar, emblemático por sus 25,000 toneladas de agua termal y sus 20 distintas vertientes, es un edén del bienestar. Los huevos cocinados en las piscinas de aguas termales de Owakudani con sus cáscaras ennegrecidas por el azufre están a la venta en la zona. Se dice que comer uno prolonga la vida siete años.
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Hyatt Regency Hakone Resort and Spa
Este hotel está ubicado en Gora, Hakone-machi, en la prefectura de Kanagawa, a unos minutos a pie o en shuttle del ‘ropeway’ famoso de la zona, mediante el cual podemos conocer Mt. Hakone, los géiseres de sulfur en Owakudani, y el bellísimo Lago Ashi, donde se encuentra la famosa puerta Torii en el agua, con panoramas vistas a Mt. Fuji en todo momento.
Aquí, el Spa IZUMI ofrece auténticos tratamientos de spa utilizando la naturopatía en un ambiente relajante y tranquilo, así como un tradicional onsen. Los ‘onsen’ son aguas termales y las instalaciones de baño y las posadas tradicionales que las rodean. Existen aproximadamente 25,000 fuentes de aguas termales en todo Japón y aproximadamente 3000 establecimientos ‘onsen’ utilizan agua caliente natural de estos manantiales calentados geotérmicamente.
Dentro de este rincón de esplendor, las artes de la medicina natural japonesa nos miman con tratamientos ancestrales en las aguas termales. Masajes únicos, rituales faciales y corporales se sumergen en la esencia de la relajación y el arrullo de la tradición.
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Dining Room, sushi de lujo
Al caer la noche tuve el gran placer de sumergirme en la excelencia culinaria de Hyatt Regency Hakone Resort. En el hermoso restaurante Dining Room – Sushi nos podemos sentar en una mesa tradicional al ras del piso o en la barra de sushi frente al chef, viendo nuestros platillos siendo preparados ante nuestros ojos. El color, la luz, las sombras, el diseño y el aroma crean una atmósfera íntima que encarna elegancia discreta y lujo contemporáneo.
Los ingredientes locales frescos se sirven en el mostrador de sushi, lo que permite que los deliciosos aromas nos inciten a degustar especialidades basadas exclusivamente en productos locales de temporada. Desde erizo y trucha, hasta anguila y berenjena con salsa miso – cada platillo fue una obra de arte. Con su amplia gama de los mejores sake, disfruté de una cena espectacular.
Este santuario culinario es un regalo sorprendente para aquellos que anhelan la exploración gastronómica en su máxima expresión. Un remanso de armonía y sofisticación, donde el entorno crea un microcosmos perfecto para que la relajación y el placer se fusionen en un éxtasis inolvidable.
