“Queremos ser el mejor restaurante dentro de un viñedo de México, para que la experiencia eno-gastronómica sea total y memorable”. Así de claro y contundente, tienen Alonso Barragán y el chef Paco González, el nuevo proyecto culinario que acaban de abrir en el interior del majestuosos viñedo boutique San José Lavista en plena campiña de San Miguel de Allende.
A esta pareja, el primero el creador del concepto, socio y director, y el segundo, ejecutor creativo en los fogones, ya los habíamos conocido previamente en su proyecto anterior: Trazo 1810.
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Es por ello que ahora celebramos la creación de este nuevo restaurante: Tarragón al fresco cuisine cuyo concepto va enfocado, no sólo a convertirse en el mejor restaurante adentro de un viñedo, sino a ofrecer una cocina atrevida con técnicas mediterráneas basada en productos locales de alta calidad y con la máxima frescura posible, donde el ingrediente sea el que hable por sí mismo.
El hecho de ubicarse en la campiña sanmiguelense, hace que el entorno sea único: rodeado de montañas, de la propia Hacienda San José Lavista con su lago, capilla, jardines, árboles y puentes, así como sus más de ocho hectáreas de viñedos. Un escenario privilegiado para vivir toda una experiencia de eno-turismo.
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De su carta, pequeña y muy bien curada y pensada, recomendamos en las “entradas” el ”Carpaccio de res angus” que va acompañado por un queso maduro de oveja y un “mojo” de hojas frescas de la región (albahaca, tomillo, romero), que le dan
un toque distinguido, fresco y novedoso, además de acompañarse también de alcachofas encurtidas y hongos locales de temporada.
Otro platillo imperdible como entrada son sus “Mejillones al té limón”, con la fiel técnica francesa de vino blanco, ajo y mantequilla, pero complementado con el toque fresco de la hojas de limón que el chef consigue alrededor de la hacienda.
Ya en los fuertes recomendamos la “Pesca del día” con piñón tostado y vegetales frescos, también el “Magret de pato rostizado” con estragón, anís y salsa de cítricos; o el “Fungi risotto” con mantequilla quemada, mojo de chile guajillo y hongos de temporada.
Aunque si lo que te apetece es un buen corte de carne, el prime New York a la parrilla yakitori con jamón serrano, puré de coliflor y salsa de oporto, es imperdible también.
Otra recomendación, son las tablas de carnes frías y quesos regionales, ideales para acompañar con los vinos que se producen en la hacienda, entres los que destacan el Shiraz, Malbec, Sauvignon blanc y Cabernet.
Para los postres, los sabores frescos, sencillos y locales, también sobresalen y se complementan con helados artesanales de la región: el “Pastelito tibio” de chocolate semiamargo con sorbete de acai, es el cierre ideal de esta cocina sorprendente; como también lo es el “Bizcocho ligero marinado en charanda añeja” con helado de café.
No le perdamos la vista a este muy recientemente inaugurado restaurante que, sin duda, dará mucho de qué hablar.