La Hacienda Encinillas, ubicada cerca del histórico Camino Real, se ha convertido en un referente enológico en Chihuahua, produciendo vinos de alta calidad que han obtenido reconocimiento en certámenes internacionales.
Historia de la Hacienda Encinillas
A las afueras de Chihuahua, en el Valle de las Encinillas, se encuentra la Hacienda Encinillas, una propiedad con siglos de historia. El lugar, que data de 1707, ha pasado por varias transformaciones a lo largo de los años, desde su construcción original hasta su destrucción durante la Revolución Mexicana de 1910. Sin embargo, fue a partir de 1993 cuando el empresario Eloy Vallina Lagüera adquirió la hacienda y comenzó un ambicioso proyecto de restauración.
Reconstruyó la casa principal y la capilla franciscana, originalmente edificada en 1658, devolviendo al lugar su antigua gloria. Esta renovación fue el punto de partida para lo que hoy es uno de los viñedos más importantes de Chihuahua.
El nacimiento de los vinos Encinillas
La producción de vinos en la Hacienda Encinillas comenzó como una idea entre amigos, inspirada en la historia del lugar y en la posibilidad de recuperar la tradición vitivinícola de los monjes franciscanos que habitaron la zona siglos atrás. En 2004 se plantaron las primeras vides, y solo dos años después, en 2006, se inició la producción de vino. Desde entonces, los vinos de Encinillas son elaborados con la asesoría de expertos internacionales, como el enólogo francés Michel Rolland, quien visitó los viñedos en 2008 y quedó impresionado por la calidad del terroir.
El suelo arcillo-gravoso del Valle de las Encinillas, combinado con las condiciones climáticas de la región a 1,560 metros sobre el nivel del mar, proporciona el entorno ideal para la producción de vinos de alta calidad. Estas características del terreno y el clima permiten que las uvas desarrollen sabores únicos, premiados en competiciones como el Concours Mondial de Bruxelles y el Challenge du Vin.
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Variedades y etiquetas premiadas
La Bodega Encinillas ha ganado reconocimiento no solo por la calidad de sus vinos, sino también por la diversidad de etiquetas que produce. Entre sus vinos más destacados se encuentran La Casona, el primer vino de la bodega; Megacero, su vino más vendido; y Anxelin, inspirado en el Ángel de la Independencia. Cada uno de estos vinos tiene una combinación cuidadosa de técnicas europeas y tradiciones locales.
La bodega ofrece una amplia gama de vinos, desde un Chardonnay blanco hasta ensamblajes complejos de variedades tintas como Merlot, Shiraz, Cabernet Sauvignon, Petit Verdot y Cabernet Franc. Además, cuentan con vinos frizzantes, perfectos para quienes buscan algo más ligero. La calidad de estas etiquetas ha posicionado a Encinillas como un referente en la industria vitivinícola mexicana.
Proyectos futuros y visión de excelencia
Encinillas continúa enfocándose en la calidad como su principal objetivo. Para garantizar la excelencia en cada botella, la bodega invierte en tecnología de punta, desde seleccionadoras avanzadas de uvas hasta barricas de roble francés y americano. Estos esfuerzos han permitido a los vinos de Encinillas destacarse tanto a nivel nacional como internacional. Un paso importante en su futuro será la exportación a Estados Unidos, lo que permitirá que más personas descubran la riqueza enológica de Chihuahua.
Aunque la Hacienda Encinillas aún no ha abierto sus puertas al público, el éxito de sus vinos y la belleza natural de la región auguran un futuro prometedor en este sector. Por ahora, el legado de Eloy Vallina Lagüera, quien falleció recientemente, permanece vivo en cada botella que se produce en este icónico viñedo.