Comer mariscos frescos es algo con lo que nos comprometemos mucho. Hay que saber cómo hacerlo y nosotros estamos aquí para ayudarte con eso. Hay algunos tips infalibles que puedes seguir para no equivocarte y terminar comiendo insumos de mar que no son frescos y que posiblemente te hagan daño. Toma nota y cuéntanos tus experiencias. Nos va a dar mucho gusto saber que estos consejos te pueden ayudar.
Evita comer si no son mariscos frescos
Es fácil dejarse llevar por lo que te diga un mesero cuando te muestra la carta de un restaurante. Y no está mal. Uno debe confiar en los restaurantes en donde se sienta a comer. Sin embargo, la experiencia nos dice que esto no siempre sale bien.
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Por lo mismo y para ser mejores comensales, hay que saber elegir mejor. Hoy te contamos de algunos consejos para primero prevenirte y luego corroborar que lo que estés probando de cocina del mar realmente sea fresco y no te vaya a llevar al hospital.
Este verano podría ser la excusa perfecta para que te conviertas en una persona con total capacidad de mejor elección de los mariscos que pruebe. Esto no solo será bueno para tu experiencia, sino también para la gente que vaya contigo y hasta para el personal de servicio o el chef de un restaurante donde no hayas tenido la mejor experiencia.
¿Qué puede salir mal si comes mariscos en mal estado?
Debes saber que los mariscos en mal estado pueden ser muy alergenos. Esto significa que si están descompuestos, pueden intoxicarte y hasta inducirte una alergia que quizá no tenías. Entonces, como puedes ver, es mejor que los evites. Mejor eso, a tener que dejar de comer de por vida algo que alguna vez te hizo mal, ¿no?
Acá tienes tips para prevenir cualquier contingencia con mariscos y reconocer lo que sí y no deberías probar del mar.
- Lo primero: pregunta por su origen
Es básico que hables con el personal de servicio o el chef de donde estés comiendo y preguntes directamente por a procedencia de los mariscos que vas a pedir. Ellos deben solventarte todo en cuestión de la información sobre de dónde vienen y cuánto tiempo llevan en su stock.
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2. Para los pescados: fíjate en los ojos
Los ojos de los pescados frescos tienen que verse completos y también brillosos. Si los ves sumidos y opacos, deberías mejor optar por comer otra cosa. Esto solo indica que llevan mucho tiempo almacenados. El consejo es pensando primero en tu seguridad, pero también es por el sabor que puedan tener. Todo lo fresco sabe realmente diferente.
3. El olor puede darte una gran pauta
Cuando un marisco tiene un dejo de olor muy ‘fishy’, o muy a marisco o pescado, no está bien. Realmente, lo que es fresco y sale del mar no tiene que oler así. Fíjate muy bien en eso, especialmente si estás en un lugar en el que hay ingredientes del mar a la vista, listos para ser cocinados.
Con estos consejos para elegir mariscos frescos si estás en la playa, puedes hacer una mejor elección para comer a gusto y seguro. ¡Provecho!