La comida de mamá es y será siempre la mejor; nos ha regalado momentos y sabores inolvidables que siempre atesoraremos en nuestro corazón. Y cuando ya no comemos con ella todos los días, la valoramos más. Por eso, aquí te dejamos las 9 cosas que todos extrañamos de la comida de mamá.
Por Mafer Beltrán
1. Refri siempre lleno. Ese placer de escuchar que te ruge la tripita, ir a la cocina, abrir el refrigerador y encontrar siempre comida o sobras del guisado que mamá cocinó el día anterior o ese mismo día.
2. El amor de un caldito en la enfermedad. Estar enfermo de gripa o del estómago podía ser lo peor, pero que tu mamá te consintiera con un caldito de pollo con verduras y arroz bien sazonado, era la mejor medicina para cualquier mal y qué mejor si te llevaban hasta tu cama ese suculento manjar.
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3. Un lunch de chef. Nada como la hora del recreo para volver a recordar a mamá y agradecerle por ese lunch que nos sabía a cielo. Bastaba con que mamá tocara algo para convertirlo en una delicia y ese era el caso de un platillo tan sencillo como lo es el sándwich o la torta, con amor de esa mujer encantadora.
4. Siempre una comida calientita. Llegabas de la escuela con el estómago hambriento y listo para devorar hasta un elefante, te lavabas las manos y al sentarte en esa mesa, degustabas una comida completa y nutritiva como la que solo mamá sabía hacer, en compañía de tu familia.
5. Todo al natural. Nada de enlatados ni conservadores, mamá siempre buscaba los ingredientes más frescos y deliciosos para preparar los platillos que nos llenaban de amor.
6. Un cumpleaños delicioso. El día de tu cumpleaños era lo mejor, pues podías decidir cuál sería el menú. Tu mamá complacía tus antojos y preparaba tu comida favorita para hacerte feliz.
7. Un amanecer de reyes. Qué tal esos días en los que después de una desvelada mamá nos esperaba con un desayuno completo para cargar las energías: unos chilaquiles con huevo, un juguito y un rico café o chocolate. Un menú digno de la realeza.
8. Los modales. Nadie mejor para educar que mamá y eso era el pan de cada día a la hora de comer con los típicos: “baja los codos de la mesa”, “siempre por favor y gracias” , “mastica con la boca cerrada”, “lávate las manos”. Gracias a todas estas reglas sabemos cómo comportarnos a la hora de comer.
9. La sazón. Nadie cocina como tu mamá, ¿a poco no? Y es que la comida sabe distinto cuando ella la hace, es una sazón única que nadie podrá igualar porque sabe a amor, a amor de mamá.