En esta primera entrega escribimos de cinco imperdibles para comer en México, desde locales de mercado hasta restaurantes de autor.
Por: Myrna I. Martínez @myrnaitze
La vasta oferta gastronómica en la CDMX hace difícil elegir un restaurante para ir a comer si tienes pocos días para recorrer los sitios turísticos o las zonas de interés. Si vienes a turistear a la ciudad, te damos cinco opciones – para distintos presupuestos – que seguro enriquecerán tu paladar con los sabores del chile y el maíz.
El parque de Tlacoquemécatl, en la Del Valle, además de ofrecer un lugar tranquilo con diversos locales alrededor para echar un café o comer un jugoso chamorro, esconde una de las fondas más tradicionales de la ciudad y que, por su horario, también resulta ideal para desvelados o madrugadores.
En la Fonda Margarita encontrarás una amplia variedad de cazuelas con guisados típicos: bistec en salsa pasilla, cerdo en salsa verde, tortas de carne en caldillo de jitomate, espinazo con verdolagas, o unos huevos al gusto bañados en la salsa de tu preferencia. Cuando Anthony Bourdain visitó este lugar con más de 50 años de tradición, dijo que era el mejor desayuno que había probado.
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En una de las paredes de La Capital hay un reconocimiento otorgado por un grupo de foodies que asegura tener el mejor fideo seco de la ciudad… y tiene razón. Su menú es conciso y muy bien diseñado por el chef Óscar Sánchez, todo lo que pidas es garantía. Puedes elegir desde ceviches, sopa de piedra (con piedra incluida como dicta la tradición), tacos de camarón o de cochinita, pescado a la talla o un risotto cremoso de champiñones con espárragos, ideal para los amantes del queso. No olvides probar su mixología, en especial las bebidas preparadas con mezcal, como el Jarrito.
Uno de los clásicos chilangos es la antojería El Parnita, de la familia Martínez Acra. Este restaurante inició hace 8 años en un pequeño local y, debido al éxito de su cocina – siempre está lleno -, se fue expandiendo hasta convertirse en un amplio restaurante para 150 personas. La clave de su éxito: su comida. No te debes perder el taco Viajero o el Carmelita, servidos en tortillas hechas a mano; los tlacoyitos con carne estilo Viajero o La Bañada, una torta ahogada en salsa picosa de chile de árbol. También cuentan con ensaladas y variedad de ceviches frescos.
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El simple hecho de ingresar al Gran Hotel de la Ciudad de México vale la pena. El diseño Art Nouveau, afrancesado y lujoso estilo porfiriano impregna cada rincón y te transporta a finales del siglo XIX. Te reciben un hermoso vitral Tiffany, uno de los cuatro más grandes del mundo, y un lujoso candil Luis XV.
Al llegar a la terraza te encontrarás con otra sorpresa: una gran vista a la plancha del Zócalo. Cuenta con diversos menús: platillos típicos mexicanos, de mar y tierra, y un brunch dominical.
Si vas a Coyoacán a conocer la Casa Azul de Frida Kahlo o la casa de León Trotsky tu visita debe incluir el Mercado de Coyoacán, donde además de encontrar artesanías, chácharas, juguetes, frutas y verduras, encontrarás un paraíso gastronómico de gran tradición. Entre tanta diversidad, te recomendamos las carnitas El Charro, que desde hace 62 años presumen de servir las mejores de la zona. A unos pasos encontrarás las quesadillas Lucha, otro local de gran tradición que ha servido quesadillas – con grasa o sin grasa – por más de 50 años. Y no olvides que en la zona de frutas y verduras están las famosas Tostadas Coyoacán, las hay de jaiba, pata, tinga, pulpo, camarón, entre otros platillos.