Cocidos o crudos, el ajo no falta en las cocinas mexicanas por su fuerte olor que condimenta los platillos, además de sus propiedades medicinales.
Hoy en día el ajo no falta en los hogares mexicanos, pues se emplea como alimento, condimento o medicina. Esta planta pertenece a la familia Allium y está muy relacionada con las cebollas y hortalizas como los chalotes y los puerros, que tienen un alto consumo en otras naciones.
Con el tiempo su consumo se ha incrementado, debido a que cada vez se usa más como medicina tradicional. ¿Sabías que en México el consumo anual per cápita de ajo es de 723 gramos? Así lo muestran datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).
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El ajo es una de las hortalizas con más años en la historia de la humanidad; tiene su origen en Asia central, después se extendió al sur de Europa y así llegó al continente americano durante la época de conquista de los españoles.
La hortaliza que no falta en las cocinas mexicanas se compone por el bulbo, que es más conocido como cabeza, y los bulbillos, que son los que conocemos como dientes y que pelamos para moler y sazonar platillos. Se calcula que un bulbo de ajo tiene entre 10 y 20 bulbillos.
Hay muchas variedades de ajo y estas se clasifican de acuerdo con su color; por ejemplo: blanco, negro, morado, violeta, rodado y castaño. De todas éstas, el tipo más común es el blanco, ¡seguro este no falta en tu cocina!
De acuerdo con Larousse Cocina, el ajo puede consumirse crudo o cocido, razón por la que tiene varios usos. Por ejemplo, los dientes crudos, enteros y pelados se frotan directamente sobre el pan para aromatizarlo y se licuan en salsas, moles y pipianes. En tanto que picados se utilizan para sazonar verduras crudas o para dar sabor a mantequillas o salsas como alioli, tapenade y pesto.
El ajo, por sus propiedades curativas, contribuye a prevenir inflamaciones estomacales y favorece la eliminación de bacterias dañinas en los intestinos. También tiene efectos diuréticos, causados por la acción de sus aceites esenciales y sus azúcares de bajo peso molecular.
De igual manera, es un aliado para reducir la presión arterial, debido a que estimula la producción de ácido sulfhídrico, que relaja los vasos sanguíneos y mejora el flujo de la sangre en el organismo. Asimismo, ayuda a prevenir y reducir el endurecimiento de las arterias que dificulta la circulación.
El ajo también se usa para reforzar las defensas si lo preparas en té acompañado de unas rajas de canela y gotas de limón. Esta mezcla ayuda también a aliviar la tos, síntomas del resfriado, entre otros padecimientos.
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), el ajo se cultiva en 21 estados del país; además, México se distingue por ser uno de los exportadores de esta hortaliza, ya que en el periodo 2015-2019 el país ocupó el noveno lugar mundial de exportación de ajos.
¡Son muchas las bondades del ajo, así que no dejes de incluirlo en tus recetas!