En un restaurante escondido en un sótano de la Roma, encuentras pizzas, postres y cocteles de autor, con un patio pet friendly. En […]
En un restaurante escondido en un sótano de la Roma, encuentras pizzas, postres y cocteles de autor, con un patio pet friendly.
En 2008, Gus Van Sant estrenó una de las grandes biografías de los últimos años: Milk, protagonizada por Sean Penn (ganó Oscar a Mejor actor) acerca del primer servidor público de Estados Unidos, abiertamente gay.
Hoy y desde hace casi cincuenta años, su apellido se ha transformado en sinónimo de rebeldía. Y eso es precisamente lo que esta pizzería originaria de Monterrey y con una nueva sucursal en la Roma transmite: una forma diferente de comer y percibir la pizza.
Incluso para acceder al restaurante tendrás que realizar una pequeña travesía: está ubicado en un sótano, una especie de speakeasy que se ubican en Basalta, una concept store de la Roma, cuya carta de presentación es la galería MAIA.
Al bajar por unas escaleras, te encuentras con una puerta que es el primer contacto con Milk. Después de cruzar la puerta, ves una enorme y elegante barra, con techo que simula ser de oro; a su lado, las mesas del salón principal y la joya de la corona: la cocina abierta con el horno donde se confecciona la magia de Milk: la pizzas
(Ah, y como plus: hay un salón abierto ideal para ir con mascotas).
En Milk, cada pizza muestra combinaciones que no habías probado. Las rebanadas son una fusión entre texturas, sabores y aromas únicos.
Se dividen en dos categorías: pizzas blancas y rojas. Dentro de las blancas, destacan las creaciones vegetarianas de espárragos y brócoli con queso azul;
cinco quesos; espinaca con tocino (un match made in heaven) y la favorita de la casa: cebolla y queso gruyere con trufa. La mezcla entre tiras de cebolla sazonada que se esconden entre las capas de queso derretido, es una delicia.
Otras opciones son una pizza de salmón ahumado con aguacate, chile serrano y cebollin; y la gran gran gran ganadora y recomendación Gourmet 100% garantizada: una maravilla llamada carbonara con bechamel, tocino, cebolla y con un huevo estrellado. La magia es reventar la yema y esparcirla sobre toda la corteza del platillo. Un manjar.
En la sección de pizzas con base de salsa roja, encuentras combinaciones clásicas: margarita; burratta; pepperoni; y jamón serrano. Pero destacan en el menú la de albóndigas de chorizo español; aguacate, poblano y pepperoni (una combinación de mestizaje de ingredientes que jamás habrías imaginado que resultarían en algo tan suculento) y la Nduja: tomate, ricotta, cebolla y chile fermentado.
Milk no sólo son pizzas, también cuentan con otros platillo que giran alrededor de la gastronomía italiana y de los diners americanos. Así encuentras gnocchi de yogurt, tomate salvia y salchicha; albóndigas y una hamburguesa con bun de pretzel, queso cheddar y provolone. La mejor opción después de una pizza.
Y para finalizar, los postres. Prepárense, porque si creían que la experiencia de Milk sólo se basaba en los platos fuertes, la sección dulce del menú merece una mención honorífica. La tarta de chocolate con sal de mar y helado de caramelo fue una sorpresa que ahora es un postre obligado. Peeeero, si tuviéramos que comer un postres de Milk para el resto del año es un platillo reimaginado de nuestra infancia: french toast con peanut butter, costra de corn flakes y helado de vainilla. Una bomba de azúcar que vaya directo a nuestras venas.
Milk no sería el mismo sin el talento de Checo Gutiérrez (creador de la cerveza Bocanegra) en la cocina, ni de Braulio Hernández detrás de la barra. El talento de este mixólogo lo ha llevado a presentar una de las mejores cartas de spritz que podremos probar en CDMX, con combinaciones frutales, cítricas y creaciones donde mezcla el café con bebidas espirituosas.
Milk: Colima 159, Roma
Lun. a sáb: 13:00 a 12:00hrs
Dom: 13:00 a 23:00 hrs
6258 4458