Este clásico de la cocina española abre una sucursal en San Ángel, con las mismas recetas que lo caracterizan e ingredientes ibéricos.
Desde hace unos años, La Mallorquina se había convertido en una de las esquinas más españolas de Polanco, donde los comensales podían ir a disfrutar de una autentica cocina ibérica, sin mayor pretensión que exaltar los sabores tradicionales de la “madre patria”.
Ahora, este restaurante español, a cargo del meticuloso chef Carlos Arrieta, abre su segunda sede en el sur de la ciudad, justo al lado del San Ángel Inn, uno de los restaurantes típicos mexicanos más icónicos de nuestra ciudad, lo que resulta en una metáfora de nuestro mestizaje simbolizado por la gastronomía de ambos países.
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La carta de La Mallorquina San Ángel es la misma que su sede matriz en Polanco, por lo que estará garantizada la extrema calidad de los productos típicos españoles en ella, pero ahora en un ambiente más sofisticado y tranquilo, en una construcción de ladrillos ocres en dos niveles que cuenta también con una espaciosa y bien pensada terraza en el segundo piso, y una decoración en tonos neutros que dan la apariencia de una tasca española contemporánea, con mucha elegancia.
Respetando la tradición del “tapeo” español, los primeros tiempos son imperdibles. Cuentan una muy buena oferta de charcutería y quesos manchegos de diferentes maduraciones, además ofrecen jamón serrano bellotero y otros embutidos. La ración de chorizo a la sidra y croquetas de jamón es una delicia, así como el pulpo a la parrilla y las diferentes opciones de huevos rotos o tortillas de patatas.
Todas estas entradas pueden llenar perfectamente una mesa que se vea abundante, ideal para compartir y maridar con una bien surtida cava de vinos donde, desde luego, predominan los riojanos y riveras del Duero.
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Para el plato fuerte te recomendamos alguno de los platillos típicos de la gastronomía española que, por la calidad de los ingredientes con que se elaboran, te harán sentir en un verdadero restaurante de “Madrí”. Ejemplo de estos: el solomillo al vino tinto, el pescado a la sal descostrado en mesa, el arroz negro meloso con rabo de toro y el bacalao a la sidra. Si deseas algo, aún más tradicional, te recomendamos la fabada asturiana.
Para los postres, donde la “leche frita” es la estrella, recomendamos tomarlos en la terraza. En este espacio se puede seguir la tradición española de fumar un puro acompañado de un brandy o un café.
Sin duda, esta opción española, va a caer perfecto en el sur de la ciudad, que día a día incrementa su oferta gastronómica de alta calidad.