Pequeño. Sofisticado, Reconfortante. Así es La barra de al lado, la nueva licorería y conservería de la chef Lula y su hermano Nicolás Martín del Campo. Es de esos lugares que te invitan a tener una primera cita o que se vuelva tu bar de la esquina, tu barra del barrio. Evoca los antiguos bares de tapas españoles, donde se iba por una bebida y se acompañaba de un producto en lata y pan, después del trabajo y antes de ir a casa.
La barra de al lado está, literalmente, al lado de su restaurante Marea. De hecho, hay un pasillo secreto que te conduce de un lugar al otro. Este nuevo sitio abrió pensando en los visitantes que no quieren hacer una comida tan formal, pero sí quieren un buen trago, acompañado de viandas y tapas delicatessen, en un ambiente íntimo.
La decoración
Al entrar al lugar, te darás cuenta de inmediato de que estás en un sitio especial. Las paredes están en un tono morado oscuro, cuentan con iluminación ámbar, a media luz siempre, y ostentan estanterías en madera. En ellas encontrarás siempre obras de arte, latas, frascos, botellas de vino y pequeños objetos.
La barra recibe a los visitantes y los invita a pedir un trago. Luego está una sola mesa larga que permite compartir entre amigos.
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En una de las paredes hay espejos que amplían el angosto pasillo que conforma este lugar, y que tiene en esos espejos la tipografía art noveau en tonos dorados que recuerda las viejas boticas, y donde se leen frases como “Latas y conservas” “Licores, Vinos & más” “Destilados” y “La barra de al lado: licorería & conservería”. El lugar pinta bien desde el inicio, pues.
La decoración de este lugar estuvo a cargo del despacho de arquitectura e interiorismo Mier y Terrán Galvanduque (MYT+GLVDK), una firma mexicana que se caracteriza por dotar a sus proyectos de ese “discreto encanto de la elegancia”.
¿Qué comer en La barra de al lado?
Aquí las latas, las botanas, las pequeñas tapas delicatesen y las conservas son las estrellas. La idea es acompañarlas de alguna opción en su carta de vermuts, vinos, jereces, cervezas artesanales, oportos, destilados y una mixología de autor creada por Fátima León.
Nosotros recomendamos comenzar con algunas conservas. A nosotros nos encantaron las verduras al chimichurri, los pepinos y la col encurtidos, las papas enchiladas al escabeche, o su hummus de frijol. Posteriormente, ve por una lata de sardinas, anchoas, boquerones o ventresca de atún. Eso sí, todas debes acompañarlas con pan de masa madre.
Si quieres algo más “españolón”, su tabla de quesos de oveja artesanales de Rancho del Rebaño en Queretaro, o una tabla de charcutería ibérica. También, su muy española “gilda”: una pequeña banderilla con jamón serrano curado, queso de oveja, aceituna, anchoa y guindilla. Tampoco olvides su delicioso paté de la campiña, con pan fresco.
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Si lo que se te antoja es algo más “botanero” de cantina, te recomendamos sus minitortas cantineras. Las hay de carne tártara, de sardina con pico de gallo, o la clásica de bacalao a la vizcaína.
¿Qué beber en La barra de al lado?
Sin duda, la estrella es el vermut de la casa, hecho por el propio Nico. Aunque también cuentan con más de siete opciones de esta bebida de diferentes marcas, países y tipos: los tienen blancos, rosados y tintos.
A ello, como ya habíamos mencionado, se suman vinos tintos, rosados, blancos, espumosos y naturales, que van de forma idónea con la carta. Las cervezas artesanales también destacan por la buena selección de variedades que ofrecen.
Y para los que quieren tragos más exóticos, cuentan con carta de jerez, amaro, oportos y destilados, que no es tan común encontrar en los bares y restaurantes de la CDMX. Por último, si eres más de “coctelito”, los tragos hechos por Fátima León, son un deleite.
Ya tienes varias razones por las que visitar La barra de al lado. ¿Qué te parece el plan de comer una tostada de ceviche en Marea, para luego pasarte al ladito por un vermut y una lata con pan de masa madre?
Dónde: Sinaloa 248, colonia Roma, CDMX.
Cheque promedio: $600 pesos por persona.
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