Ubicado en el corazón del pueblo mágico de Izamal, en la península de Yucatán, se encuentra el icónico restaurante Kinich. Nombrado en honor al dios maya del sol, Kinich Ahau, este restaurante tiene una rica historia que data de varias décadas. Kinich se ha convertido en un hito culinario en la región, atrayendo a visitantes de todo el mundo. Todos buscan experimentar su auténtica cocina yucateca y sumergirse en la vibrante cultura del pueblo maya.
La historia de Kinich comenzó en 1993, cuando la madre de Miriam Azcorra se propuso crear un restaurante. Ella quería mostrar los sabores y técnicas tradicionales de la cocina maya. Así, se inspiró en las recetas de su madre y en la rica herencia culinaria de la península de Yucatán. Con su pasión por la comida y su compromiso inquebrantable con la calidad, transformó un modesto restaurante en una institución culinaria.
Sikil pak, el dip yucateco hecho con pepitas de calabaza
Una cocina de museo
Entrar a Kinich es como recorrer un museo de la cocina yucateca, donde por 30 años se ha rendido homenaje a muchos platillos.
La dueña del lugar, Miriam Azcorra Rajón se siente orgullosa de preservar este legado y por ello para celebrar el 30 aniversario realizó un gran festejo. A lo largo de tres días, chefs y cocineras tradicionales de todo el país acudieron a este restaurante a compartir sus creaciones inspiradas en Kinich. Como en las grandes bodas de los pueblos fueron tres días de fiesta con comidas maridaje y grandes talentos de la cocina mexicana. Se celebró el pasado, el presente y el futuro de Kinich y la cocina yucateca.
Miriam no se imaginó que lo que inició con un proyecto de seis personas se convertiría en lo que hoy es Kinich. Un restaurante que está dentro de los mejores de todo México y parte del Patrimonio Gastronómico de Yucatán. Ahora, más de 60 colaboradores atienden este restaurante para atender a más de 100 mil personas al año.
Tres días de celebración en Kinich
Hubo tres cocineras tradicionales que rindieron homenaje al pasado de la cocina yucateca el primer día de la celebración: Georgina Pech, como anfitriona de Yucatán, Rosalba Morales, de la cocina michoacana y Celia Florián, representante de la gastronomía Oaxaqueña. También acudieron algunos invitados especiales a degustar estas delicias, como el chef investigador Ricardo Muñoz Zurita y el enólogo de la vinícola El Cielo, Jesús Rivera.
En tanto, durante el segundo y tercer día de fiesta, algunos destacados chefs de distintos restaurantes importantes en México cocinaron platillos con ingredientes de Yucatán inspirados también en la cocina de Kinich. Se trata de Xrysw Ruelas, Óscar Segundo, Sara Arnaud, Jesús Estrada, José Luis Hinostroza, Elio Xicum, Daniella Freire, Regina Escalante, Rodrigo Estrada, Drew Deckman, Luis Ronzón, Thalia Barrios, Roberto Solís, Jesús Neftali Ramos, Vidal Elias, Alex Mendez y el anfitrión Reyes Uc de Kinich.
Los platos favoritos
El tercer día fue la fiesta grande en la que las calles de Izamal se vistieron de colores, con una misa de acción de gracias. Después una procesión desde el Convento de San Antonio de Padua al restaurante donde recibieron a toda la gente con tacos de cochinita pibil. Para Miriam Azcorra la cocina yucateca es una cultura viva que debe mostrarse como es, porque sigue siendo la misma en el pasado y el presente, sin rescatar nada.
Nuestros platillos favoritos de esta celebración fueron el cerdo en salsa de hierbabuena y chile negro de Rosalba Morales, los tacos de cochinita pibil de Kinich, la jaiba de concha suave con vinagreta de recado blanco de Drew Deckman, el venado tatemado de Reyes Uc, los tacos de poc chuc de las cocineras tradicionales de Kinich, los molotes de plátano con mole de Vidal Elias y las brochetas de pulpo y camote con hoja santa de Regina Escalante.
Diferencias entre el recado blanco, rojo y negro de Yucatán
Los platos emblemáticos e ingredientes
En Kinich, el menú es un testimonio de la rica biodiversidad de la región, con una amplia variedad de platos. Todos, exhiben ingredientes de origen local y antiguas técnicas de cocina maya.
Uno de los platos estrella es la Cochinita Pibil, un suculento plato de cerdo horneado en el Pib yucateco. Se marina en una mezcla de pasta de achiote, jugo de cítricos y especias. Se envuelve en hojas de plátano y se cocina por varias horas. El resultado es un platillo tierno y aromático que se derrite en la boca y está repleto de los sabores ahumados, picantes y ligeramente dulces de Yucatán.
Otro plato amado en Kinich es Relleno Negro, un guiso rico y sabroso hecho con cenizas de chiles tatemados, tomates asados y especias carbonizadas, cocinado con tiernos trozos de pavo o pollo. El plato es conocido por sus sabores complejos y robustos, con toques de chocolate, canela y clavo. Se sirve con tortillas hechas a mano y una guarnición de cebollas en escabeche.
Especialidades yucatecas
Por su parte no puede faltar el Sikil Pak, un dip tradicional maya de semillas de calabaza, parecido a un humus que se da como entrada. Está hecho con semillas de calabaza tostadas, tomates, chiles habaneros y cilantro. Este plato a menudo se sirve con totopos crujientes y es un aperitivo perfecto para abrir el apetito.
Además de estos platillos icónicos, Kinich también ofrece una amplia selección de otras especialidades yucatecas. Hay Papadzules (tortillas rellenas con huevos duros picados y cubiertas con salsa de semillas de calabaza), Sopa de Lima (con pollo desmenuzado), y Poc Chuc (carne de cerdo a la parrilla marinada en jugo de cítricos y servida con cebollas en escabeche). También entre los platos más servidos están el Venado Almendrado y el Tzic de Venado, que es de criadero certificado.
¿Dónde hospedarse en Izamal?
La Casa de los Artistas es un exclusivo hotel boutique ubicado en el corazón de Izamal. Este encantador hotel es más que un lugar para quedarse, es una celebración del arte, la cultura y la creatividad. Esta casona tradicional ha sido meticulosamente restaurada y transformada en un encantador hotel boutique que emana calidez, carácter y estilo artístico.
Cuenta con habitaciones y suites de diseño único, cada una es diferente, lo que lo convierte en un verdadero paraíso para los amantes de la tranquilidad en los viajes. El mobiliario, la iluminación y la decoración crean una combinación armoniosa de diseño contemporáneo y elementos mexicanos tradicionales, creando una experiencia verdaderamente inmersiva y visualmente cautivadora para los huéspedes.
El hotel tiene un hermoso patio con piscina, una terraza en la azotea con impresionantes vistas de los icónicos edificios pintados de amarillo de Izamal y una acogedora sala de estar donde los huéspedes pueden relajarse, leer o entablar conversaciones con otros viajeros. Al ser pocas habitaciones se puede rentar la casona completa para grupos o familias grandes para tener una estadía privada.
El restaurante del hotel ofrece una fusión de sabores mexicanos preparados con ingredientes locales. La atención por parte de los trabajadores del hotel es como tener un mayordomo personal que te apoyará en todo lo que necesites.