Siete capítulos que te dejarán antojado de las delicias entre tortillas que se preparan en distintas partes de México y el mundo.
Quien diga que no le gustan los tacos es porque no es mexicano. La nobleza de este platillo nacional es tal que existen de todos los sabores, para todo tipo de paladar. En este país implica un mundo al que vale la pena asomarse directamente, en el plato, pero también gracias a series como Crónicas del Taco, que acaba de estrenar su segunda temporada en Netflix.
Los protagonistas de esta nueva racha de proteínas, salseadas y con cilantro y cebolla (por hablar sólo de una versión estándar de taco), son el de suadero, de cochinita pibil, de cabrito, el taco estadounidense de tortilla rígida, el burrito, el de birria y el de pescado.
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El formato de la serie es el mismo que el de la temporada pasada: capítulos de cerca de media hora, que muestran la anatomía, ejecución y historia detrás de cada ejemplar; escritores especialistas en gastronomía, chefs y una socióloga que le da sentido a la existencia de los tacos.
En esta temporada lo mismo te puedes dar un paseo por los famosos Cocuyos de la CDMX, que por las carretas de burritos de Chihuahua, las taquerías de cabrito en Monterrey y los hornos de tierra de donde sale humeante la cochinita pibil.
Muchos se preguntarán si en esta temporada aún están los narradores con “voz de taco” de la vez pasada. La respuesta es sí. Y aunque genera controversia el hecho de que aparezca o no este recurso, la verdad es que ambienta de forma distinta todas las escenas.
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Más allá de solo la comida, son importantes también los aportes de los propios taqueros, hablando desde sus trincheras, así como los comentarios y balances que hacen chefs como Ricardo Muñoz Zurita, Roberto Solís, Ezequiel Hernández o Humberto Villarreal, por mencionar sólo algunos.
En pleno Día de la Independencia mexicana, sin duda un buen plan es festejar con un taco en mano. Y claro, viendo esta apetitosa serie en Netflix.