El plato se pinta tricolor para conmemorar la independencia mexicana, y como sabemos que celebrar por tan solo una noche resulta muy poco, enlistamos los cinco mejores desayunos mexicanos que puedes comer durante todo el año. Nota: los puedes maridar con café de olla calentito.
Por Yulissa Arcos
Para iniciar el día con buena actitud y mucha energía se necesita un desayuno completo, y la cocina mexicana tradicional tiene las mejores recetas para conquistar tu paladar desde temprano. Incluso si se trata de la mañana después de una noche de copas, o bien, si cuentas con poco tiempo.
1. Los más queridos
Deliciosos y fáciles de preparar, los chilaquiles son uno de los desayunos mexicanos favoritos. Verdes, rojos o de mole, te asegurarán un momento placentero que te hará sentir satisfecho enseguida. Agregarles pollo, arrachera, huevo y hasta suadero dará un punch de sabor y energía. Por supuesto, no puede faltar el baño de crema, cebolla y queso.
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2. Levanta muertos
¿Cómo te caería un coctel de mariscos para aliviar la resaca? Sí, acompañado con una cerveza bien fría, este desayuno es una estupenda idea. Y para que cumpla su cometido, debe tener un nivel alto de picor: el chile verde o habanero te regresarán a la vida.
3. El clásico
En todo desayuno clásico los huevos, en cualquiera de sus presentaciones, no pueden faltar. Y para darle ese aire mexicano te recomendamos los rancheros: fritos sobre tortillas de maíz, bañados en una salsa roja picante. Agregar cebolla, aguacate, queso o crema es opcional y varía según la receta.
4. Desayuno veloz
Si tienes poco tiempo y vives en la Ciudad de México, la tradicional torta de tamal es el desayuno mexicano ideal. No importa si es de mole, salsa verde, rajas o dulce, el tamal, además de accesible, es el rey de la gastronomía capitalina desde que amanece. Acompañarlo con un champurrado o arroz con leche, lo convierte en el preferido.
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5. El versátil
Si traes antojo, pero no sabes de qué, te recomendamos desayunar sopes. La preparación tradicional con una base de masa, frijoles y queso es todo un manjar; aunque puedes montar sobre él casi cualquier guiso. Picadillo, tinga de pollo, o simplemente queso de hebra fundido, te dará el mejor inicio de jornada.