A veces con poco se crean imperios, y éste es el caso de Tiffany & Co. Una de las más famosas marcas de joyería del mundo y a la que prácticamente ninguna mujer se puede resistir. De hecho, esta empresa fue creada por Charles Tiffany, Ellis y Young en 1830 con un capital de solo mil dólares prestados por el padre de Tiffany. En sus inicios, estaba muy lejos de tener algo que ver con diamantes, oro y piedras preciosas, porque empezó siendo una tienda de artículos de papelería de gran calidad en la zona del Bajo Manhattan, que hoy día es una zona de teatros en Nueva York.
En 1853, Tiffany tomó el control de la empresa y se convirtió en Tiffany& Co., instalada desde el principio en la Quinta Avenida y en la Calle 57, dos de las mejores zonas de la Gran Manzana. Su pasión por la adquisición de piedras preciosas extraordinarias hizo que le diera un vuelco total a la dirección de la boutique, por lo que empezó a crear joyas de diseño refinado y simple, muy diferente al estilo aún opulento de los patrones europeos de la época victoriana; terminando por conquistar poco a poco la atención de todas las señoras de la alta sociedad de Nueva York.
El exponencial éxito de Tiffany & Co.
Tiffany & Co. se volvió la primera escuela de diseño de joyas de plata esterlina en Estados Unidos, hecho que fue reconocido internacionalmente y les mereció un gran éxito en la Feria de París. Desde entonces, la firma no ha dejado de desarrollarse y ampliarse en todo el mundo, afirmándose como la casa joyera más emblemática del mundo.
En 1878, tuvo la enorme suerte de encontrar un diamante amarillo en las minas de Kimberley en Sudáfrica, con un peso bruto de más de 280 quilates y para cuyo corte el gemólogo George F. Kunz, que para entonces trabajaba en forma exclusiva para Tiffany & Co., realizó después de un año de largos estudios y bocetos minuciosos y seguramente muchísimas noches sin dormir. Su valor es de 200 millones de euros y seguramente podría duplicarse o triplicarse en caso de ser vendido en subasta, pero la firma lo está exponiendo las 24 horas en un escaparate de máxima seguridad en la sede central de la casa joyera en Nueva York, como símbolo propio.
En una constante carrera por la innovación y la vanguardia, Tiffany se aseguró el cetro también en el sector de los anillos de compromiso. Creó el Tiffany Setting, un diamante engarzado que levantó y sostuvo con seis biseles de platino que permiten que la luz entre y la piedra brille todavía más, volviéndose prerrogativa única de Tiffany & Co. Sin duda, esta casa joyera empezó su historia con una fuerza imparable y con una calidad de diseño y piedras de máxima calidad, que sigue manteniendo desde entonces intachablemente.
Después de esto, la firma lanzó su caja azul tan particular, por ser el color del huevo del petirrojo americano que fue registrado en el pantone como “Azul 1936”, el año en que se fundó la marca. Es emblemática de Tiffany & Co. y no se vende por separado, sino que se paga el contenido por igual. Todo en esta firma es exclusivo, y fue la primera que estableció desde el principio que los precios no fuesen negociables cuando en aquella época se estilaba regatear por la compra de las joyas.
Modernidad e innovación
Desde que Louis Comfort Tiffany, el sucesor de Charles Tiffany, asumió las riendas de la compañía en 1902, se preocupó por seguir literalmente la filosofía del padre en cuanto al diseño innovador, a estar al paso de los tiempos comprometiéndose en un nuevo diseño que contemplaba las flores, los animales marinos y los pájaros -que se han vuelto otro símbolo de la firma en el tiempo-. Además, se ha involucrado aún más con la defensa activa de la naturaleza y el medio ambiente; es de los primeros que se interesaron en la sostenibilidad de los recursos naturales, específicamente en el campo de la extracción minera.
Louis Comfort Tiffany fue el primer director artístico de la casa. Tan apasionado era del Art Nouveau, que en 1882 el mismo presidente Arthur Chester le encargó la decoración de la Casa Blanca. Siempre tuvo una visión futurista para dar espacio a otros artistas de la talla de Jean Schlumberger, y posteriormente a los diseñadores Elsa Peretti, Paloma Picasso, Frank Ghery y tantos otros talentos, lanzando colecciones únicas y atemporales.
Hoy día, Tiffany & Co. cuenta con unas ventas de 4 mil millones de dólares que aumentan por su capacidad de innovación y expansión, siendo actualmente el emporio de lujo más rentable del planeta. Toda mujer sueña con una joya de Tiffany & Co., y no es para menos: la calidad de las piedras es de máxima excelencia, los cortes son perfectos para que las piedras expongan todo su brillo y belleza, los diseños son tan creativos como universales. Todo lo de esta firma hace volar el deseo y la vanidad de poseer y lucir una de sus obras de arte, no solo a Audrey Hepburn.
Descubre la extraordinaria joyería de Tiffany & Co. y más sobre su historia en el sitio online de la firma.
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