Los alimentos empaquetados y etiquetados son una de las maneras más sencillas de conseguir comida en un supermercado o tienda de autoservicio. Debido a que el ritmo de vida actual obliga a siempre andar con prisa, es común no revisar los ingredientes de los recipientes en que vienen. Y eso podría ser un error. Hoy te damos unos tips para leer mejor las etiquetas de alimentos.
Por Tenoch Torres
¿Cómo leer bien las etiquetas de alimentos?
Sentimos decirte esto pero, si tienes entre las manos un producto etiquetado, es bastante probable que sea procesado o ultraprocesado. Hay niveles y claramente no todos son igual de nocivos para la salud, por lo que es importante saber a discenir entre unos y otros.
Si se te dificulta leer correctamente la información que te está dando la etiqueta del producto que estás por adquirir, acá te damos al menos cinco señales de alerta para que mejor busques otra opción, por el bien de tu salud.
1. Azúcares añadidos
Se trata de azúcares refinados que se agregan durante el proceso de elaboración de la comida, para mejorar su sabor. Y quizá sí pueda ser una ganancia para el paladar, pero la realidad es que se trata de calorías vacías que lo único que harán es aumentarte de peso.
Los azúcares que el cuerpo realmente necesita son los naturales que vienen en los ingredientes con que hacemos la comida. Al estar en, por ejemplo, cereales, vegetales y frutas, vienen acompañados de fibras, vitaminas y minerales, que ayudan a tener una mucho mejor nutrición.
Para saber si el producto que estás por comprar los contiene, búscalos por su nombre en la etiqueta trasera. En la información nutrimental deben indicarse como “azúcares añadidos”. Revisa qué tan grande es su cantidad en cada ración de comida.
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2. Exceso de sodio
El sodio que viene escondido en la comida empaquetada suele ser casi siempre muy engañoso. ¿Sabías que, de acuerdo con información del Hospital Houston Methodist, más del 70% del sodio que consumimos al día proviene de los procesos de elaboración de los alimentos que compramos?
Según expertos de dicho hospital, la recomendación es limitar a 500 miligramos de sodio por comida, o 150 por porción.
En México contamos con las leyendas que advierten por excesos de grasas, sodio y azúcares. De preferencia, opta por adquirir los que tengan menos, o los que no los tengan. Los productos que se venden como “bajos en sodio” pueden ser una buena elección.
3. Porciones engañosas en etiquetas de alimentos
Esto es muy importante, debido a que muchos alimentos se venden en bolsas que contienen en sí mismas porciones muy grandes, con varias raciones juntas en el mismo recipiente.
Eso lleva a asumir a muchos consumidores que, por venir en el mismo empaque, pueden comerse todo, y no es así.
Te sugerimos ir a la parte donde exponen su información nutrimental, para que tengas claro cuántas porciones hay en tu productos y cúanto de ellas estás dispuesto a consumir con responsabilidad.
4. Grasa que no necesitas
Las que verdaderamente debes evitar son las saturadas, así como las trans. Por desfortuna, aunque en México hay etiquetas que advierten sobre su existencia en la comida, su consumo sigue siendo muy alto.
De acuerdo con Angela Snyder, nutrióloga del bienestar en el hospital,
“No todas las grasas son malas, pero lo que sabemos desde un punto de vista científico es que las grasas saturadas contribuyen a elevar los niveles de colesterol, particularmente los de colesterol LDL, que están asociados a un incremento en el riesgo de enfermedades cardiacas.”
Angela Snyder, Hospital Houston Methodist.
Lo que la experta sugiere es evitar lo más que se pueda alimentos con más de 5 gramos de grasas saturadas por porción.
¿Cuál es la verdadera solución? Optar siempre por grasas no saturadas, provenientes de preferencia de alimentos naturales y sin intervención en sus procesos de elaboración.
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5. Listas interminables de ingredientes
Este punto es muy sencillo. Lo que te recomendamos es que revises que las etiquetas de los alimentos que tengas en la mano tengan la menos cantidad de ingredientes posible. Eso sí, hay que tener criterio, ya que puede haber algunos productos bastante naturales, a los que se les añadan muchas especias, por ejemplo, y eso claramente no es malo.
Pon especial atención a los aditivos y demás nombres complejos que no conozcas, en su composición. Si tienes el celular en la mano, no está de más que busquen el significado e implicaciones de cada uno de ellos.
La tarea de leer etiquetas en la tienda no es ni la más divertida, ni la más sencilla, pero te aseguramos que le redituará mucho a tu saluda y a la de tu familia. ¿Listo para ir al supermercado a evaluar mejor tu próxima despensa?