Desayuné en Cracker Barrel, uno de mis lugares favoritos en San Antonio. No sé qué me pasa, pero cada vez que viajo a Estados Unidos me siento en necesidad de al menos un día desayunar comida autentica americana; por americana me refiero a pancakes o wafles. En Cracker Barrel siempre pido los buttermilk biscuits, que no dejan de encantarme en cada visita. El restaurante tiene una tienda, ideal para pensar en organizar la siguiente BBQ o parrillada. Los que pensaron que era la parada perfecta para llenarme de combustible para dedicarme a un día de compras en La Cantera están en un error, mi destino era el recién remodelado Parque Nacional de las Misiones.
El parque nacional fue remodelado en el 2016; todas las mejoras fueron para celebrar su primer centenario. La extensión del parque va desde el Álamo, hasta la Misión Espada; el camino pasa por el Río de San Antonio, Misión Concepción, Misión San Jose y Misión San Juan.
Misión San José
Las misiones se fundaron en los primeros años del siglo XVII por los españoles a fin de predicar en la zona. Las misiones se convirtieron en comunidades, mismas que ofrecieron seguridad a varios indios, en especial a los Apaches. Para entrar a la Misión, y obtener los beneficios que esta ofrecía, se debía jurar lealtad al rey de España y aceptar la religión católica como propia. En 2020, Misión San José, una de las mejor cuidadas y más impactantes del recorrido, cumple 300 años.
Las misiones se encuentran cerca del Río de San Antonio. Ese mismo río que ahora está lleno de tiendas y restaurantes cerca del centro, lo que se conoce como Riverwalk, antes fue proveedor del recurso mas vital para los humanos y la agricultura de las misiones. Aunque ya no se cosecha nada, todavía se pueden ver las zonas de cultivo así cómo los molinos de agua.
Por comodidad, vale la pena empezar por el Misión San José o por el Álamo a fin de poder visitar el centro de turistas y tener más opciones donde estacionar el coche. Las misiones están interconectadas por caminos, puentes y túneles al lado del río. Caminar entre ellas es la manera más natural y recomendada, ya que en el camino hay aves y vida silvestre, juegos infantiles y para los más experimentados, la posibilidad de hacer kayak. Sin embargo, la distancia entre cada una es alrededor de 3 millas (~5 kilómetros), así que es muy recomendable traer unos zapatos cómodos y una dosis decente de bloqueador.
Nuestra travesía comenzó en Misión San José. Con miedo a estropear la sorpresa para todos aquellos que no la hayan visitado, el retablo de la iglesia principal, perfectamente restaurado en colores pastel, invita a la reflexión. La iglesia, dormitorio y patio central siguen perfectamente amurallados. No por nada la promesa de seguridad que ofrecían los monjes en el interior de la misión era cobrada por una lealtad a un rey invisible al otro lado del Atlántico y horas de trabajo infinitas.
La carcaza de la hacienda, o la muralla, te sigue separando del bullicio del freeway y de la ruidosa ciudad. Aunque probablemente lo sorpresivamente vacía de ésta, sea un factor más determinante en el proceso de separación del San Antonio actual y el San Antonio en vías de predicación y conversión del los 1700s. El tamaño del patio interior, de la iglesia y de los dormitorios, demuestran por que era de las misiones principales.
Uyuni-San Pedro de Atacama: una historia de sal, lagunas, quinua y arena
Misión Concepción
En cuarenta minutos a pie, a un paso cómodo pero rápido, llegamos a la Misión Concepción. La estructura ósea es muy similar a la San José o a todas las demás misiones, lo que cambia es la iglesia y el tamaño. Misión Concepción me pareció más chica, o menos impactante. Mas, la realidad, es que igual tiene casi 300 años. No puedo dejar de pensar si las estructuras actuales van a poder resistir de igual manera el paso del tiempo.
Cuando terminamos, habíamos caminado casi 10 km; una de esas caminatas donde la distancia es casi imperceptible. El camino que flanquea el río es bastante agradable. La mezcla de corredores, gente en bici y niños paseando, hacen que se aligere bastante. La cereza del pastel es la perfecta señalización del parque. Siendo un parque nacional en Estados Unidos, no esperaba menos, pero te da la última dosis de seguridad para que se disfrute de manera más tranquila la caminata.
Si las largas caminatas no están dentro de tu bucket list en tus viajes, bien se puede recorrer el parque en coche. Aunque recomiendo una rápida visita al río.
El viaje llegó a su fin. San Antonio, como muchas otras ciudades de Texas, se confunden como opciones exclusivas para los adictos a las compras. Aunque se puede argumentar que la columna vertebral del turismo en Texas son las compras, en especial para los mexicanos, hay que ver mas allá. Desde una proposición de valor puramente artística en Marfa, hasta conocer pozos de gas o el Museo de Selena en Corpus Christi.
Fue Rumania la que me enamoró con su dinamismo y complejidad
¿Dónde comer?
Bohanan’s Prime Steaks and Seafood. Su elaborada carta nunca me ha distraído de mi platillo favorito: el red snapper con macadamia, simplemente imperdible. El restaurante está en el centro, relativamente cerca del Alamo.
Cracker Barrel. Los buttermilk biscuits le hacen justicia al tiempo de espera. El menú de desayunos es el tradicional de un restaurante americano. Hay varios locales por todo San Antonio.
The Guenther House. Otra gran opción para desayunar hot cakes en la ciudad. En días cálidos, la terraza es muy acogedora.
¿Dónde dormir?
La Cantera Resort & Spa. Una garantía dentro de San Antonio. Las vistas y su campo de golf son incomparables. Está un tanto lejos del centro, donde abundan opciones bastante buenas; sin embargo, es una muy buena opción si quieren que el viaje incluya compras y golf.
El parque nacional está abierto todos los días del amanecer hasta que anochezca, con excepción del Día de Acción de Gracias, diciembre veinticinco y el primero de enero. El centro de visitas en la Misión San José esta abierto todos los días de 9:00 am a 5:00 pm, a excepción de los días que cierra el parque.
Eje Cafetero en Colombia, el riesgo es que te quieras quedar