El vino Luna Llena, de Cavaluna, se inspira en un hito histórico que emocionó a muchos.El verano de 1969 es recordado por muchas cosas, pero resulta histórico por una en particular: la misión Apolo 11 de la NASA llevó a los astronautas Neil Armstrong, Edwin “Buzz” Aldrin y Michael Collins a la Luna para hacer historia. Y lo consiguieron: 600 millones de personas presenciaron el alunizaje y, consecuentemente, el impacto político, mediático y social fue enorme.
A más de cinco décadas del acontecimiento, las teorías alternas al respecto crecen, las reflexiones se multiplican y la fascinación por la Luna sigue ejerciendo un influjo absoluto. La bodega Cavaluna lo sabe, porque la atracción lunar constituye, precisamente, su leitmotiv. Sus creaciones vitivinícolas reflejan –a través de líneas conceptuales propositivas– la pasión por el satélite que los socios fundadores asumieron como punto de partida para una historia que se escribe día con día.
Luna Llena, un vino pleno
Y en esa narrativa, en la que el vino es protagonista, la primera etiqueta firmada por la marca mexicana evoca el capítulo histórico acontecido hace 51 años. Luna Llena es el nombre de una propuesta cuyo génesis seduce. “Le dimos ese nombre porque es un vino redondo y potente, como la Luna cuando se encuentra en su máximo esplendor, en la plenitud total de su energía”, señala Esperanza Mendiola, Asistente de Enología de Cavaluna.
Se trata de un monovarietal de curaduría límpida y precisa, otorgada por las virtudes de la Petit Verdot, que al madurar más tarde que la mayor parte de las variedades de uva tinta, acentúa su apego por la región de Burdeos, aunque su afortunada travesía la ha arraigado con éxito a la tierra mexicana.
A la vista, el vino Luna Llena cautiva con su brillante e intenso color granate, matizado por destellos teja. Su estancia en barrica durante 36 meses le brinda una impetuosa articulación aromática, en la cual se distinguen acordes florales, elegantes matices de especias y cuero, así como notas de chocolate y tabaco. En boca, se presenta con firmes y maduros taninos; de gran volumen y textura sedosa, su acidez equilibrada garantiza un buen relieve, culminando en un final de largo alcance.
Aún cuando el tema de armonizar termina siempre por imponer el gusto personal como único arbitro autorizado en la materia, las armonías degustativas de este tinto apuntan hacia el acompañamiento de lechal de cordero, carnes de caza y quesos curados, como podría ser un buen manchego, parmesano, pecorino o gouda holandés.
10 datos poco conocidos sobre los vinos mexicanos
Más sobre Cavaluna
La Luna, además de ser nuestro satélite, siempre ha sido una luminaria en la noche. Todas las culturas que han habitado la Tierra le han otorgado la categoría de deidad, responsabilizándola o adorándola por su influencia sobre los seres humanos, la tierra o las criaturas que en ella habitan. Irrefrenable y mágico, misterioso y embriagador, el poder que la Luna ejerce se traduce enológicamente en una propuesta con la que esta bodega renueva los votos de amor y fidelidad a sus orígenes, los mismos llevaron a hombre a dar los primeros pasos sobre la Luna hace ya más de medio siglo.
Amantes de la Luna y sus misterios, de su magia y el poder que emana, Carlos Ángel García de la Cruz y Esperanza Mendiola crearon la marca, estableciéndose en la región privilegiada de Ensenada, Baja California. El génesis del nombre responde no solo a una inminente atracción lunar. Denota, también, un sentido de pertenencia. La palabra México proviene de tres vocablos del idioma náhuatl: metztli, que significa “Luna”; xictli, que hace referencia al término ombligo o centro, y co, sufijo de lugar. De manera que México podría significar “lugar en el centro de la Luna”. Esta metáfora sintetiza el carácter anecdótico que ofrece cada etiqueta firmada por Cavaluna.
Descubre más de esta enigmática y extraordinaria bodega boutique en su sitio web.
21 vinos de Baja California perfectos para disfrutar en cualquier ocasión