Por Pablo Ricalde
Elegí Pereira como entrada al Eje Cafetero en Colombia sin ninguna razón en particular, más que por temas de comodidad en cuanto a logística. De ahí, solo era cuestión de tomar un autobús o un taxi al eje. Por la altura y la constante nubosidad, el aeropuerto de Manizales tiene una operación bastante atípica. Por lo que entrar al eje vía Pereira o Armenia es la mejor opción.
Llegué a Filandia poco antes de la hora del almuerzo. El hospedaje era una finca cafetera a las afueras de la ciudad, dentro de la provincia de Quindio. A pesar de la distancia era fácil caminar desde la finca hasta el centro de la ciudad. Como su nombre lo prevé, y similar a cualquier ciudad dentro del eje cafetero en Colombia, la propuesta de valor de Filandia está enfocada en el café.
El Riesgo es que te Quieras Quedar
Colombia se transformó de un país envuelto en narcoviolencia, guerrilla y corrupción a uno de los destinos turísticos más populares de América. El punto de inflexión fue una campaña que se titulaba “El Riesgo es que te Quieras Quedar”. En ella se mostraba todo lo que Colombia tiene que ofrecer, desde ciudades amuralladas en Cartagena, playas en Santa Martha, arte en Medellín, diseño en Bogotá, fincas de café en Quindio y senderos amazónicos en Lucrecia. Sobra decir que la campaña fue un éxito.
Ese mismo miedo hizo que en la década de los noventa se construyeran decenas de aeropuertos a lo largo del país, ya que por los constantes ataques por parte del narco o las FARC, para los automovilistas era más seguro viajar en avión que por carretera. Hoy, después de miles de demoras y varios millones de dólares invertidos en los cierres financieros, los primeros proyectos de las vías de la cuarta generación (4G) están entrando en operación y ayudando de manera importante en la competitividad del país andino.
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Una ruta inolvidable por el Eje Cafetero en Colombia
Después de almorzar, caminé por Filandia. El pueblo es pequeño, por lo que se puede conocer con bastante profundidad en poco tiempo. Antes de regresar al hotel, hice una parada importante en el trayecto: la Montaña iluminada o el mirador de Quindio. Aproveché la hora para ver el atardecer. Con forma de nave espacial, desde el mirador se puede observar prácticamente todo el eje cafetero en Colombia: Armenia, Salento, Manizales y por supuesto Filandia. Todos diferentes.
La excursión del mono aullador me esperaba la mañana siguiente. Un par de tintos y una “solterita” fueron mi desayuno; enseguida nos montamos a un willis -estos camiones tipo jeep que son el medio de transporte colectivo dentro del eje-. Un chofer me dijo que la fuerza y soporte de los willis estaban basados en los jeeps de los nazis de la Segunda Guerra Mundial; no lo pude comprobar.
El willis nos dejó en la entrada de la selva junto con nuestro guía, una mezcla de guerrillero y soldado. Él nos adentraría entre la espesa vegetación para buscar al mono aullador, una de las especies más numerosas de monos en el continente. La caminata duró poco menos de tres horas. Aunque no consigas ver a estos monos, bien vale la pena hacerla ya que también puedes apreciar cascadas, aves y flores silvestres. A pesar de que el clima era lluvioso, pudimos observar una nueva familia de monos. Según Álvaro, nuestro guía y ex militar, la hembra recién había tenido a su primogénito y junto con el macho estaban cuidado a la pequeña cría de apenas unas semanas.
Salento, la capital del eje
Tocaba comer aquí, en este destino al que se llega tras cuarenta minutos de recorrido en willis, trucha o bandeja paisa. Salento es bastante más grande que Filandia y aquí se concentra la mayor cantidad de turistas que visitan el eje. Dejé lo mejor para el final: las visitas a las fincas cafeteras. Visité Finca La Palma, una de las varias opciones qué hay dentro del eje. La actividad empieza con un tinto dulce, muy parecido al café de olla de México. Aquí es endulzado con panela. Después de conocer todo el proceso productivo del café e imitar a los agricultores por escasos minutos, era turno del siguiente tinto. Ojo, en el Selina, sirven café de esta finca.
Los campos verdes llenos de cafetales en las barrancas se roban el espectáculo; son una mezcla de los pastizales escoceses con las barrancas andinas. Un espectáculo probablemente solo opacado por la amabilidad de los habitantes del Quindio, de la amabilidad paisa, similar a la antioqueña.
Aunque se tratan de esfumar, los riesgos y temores de un país azotado por la violencia de narcotráfico y guerrilla siguen muy presentes en Colombia. Los adultos que lo vivieron, las narco series y la prensa amarillista hacen que no se olvide. Sin embargo, y después de visitarlo varias veces, creo que el riesgo mas grande de visitar Colombia es enamorarse de su gente, de su naturaleza, de su dinamismo, de uno de los españoles más perfectamente hablado de la región, del diseño. Por eso no puedo evitar arriesgarme cada vez que puedo y visitar Colombia. Como bien dice la sabiduría popular: “El que no arriesga no gana”.
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Hospedaje
Selina Quindio
Pernocté en la cadena líder de hostales/hoteles de la región, Selina. El hotel fue abierto a finales de 2019, así que aún está en proceso de maduración. El glamping aún no está terminado (esperan concluirlo antes de Semana Santa). El staff del hotel es bastante amable, con mucha disposición a concretar tours. La distancia con Filandia obliga de alguna manera a cenar en el hotel. Aunque otros huéspedes optaron por no hacerlo, el menú y la comodidad hicieron que para mí fuera la mejor opción.
Dónde: Selina Quindio. India 2.6 kilometros, vía Finlandia, La India, Filandia, Quindio.
Comida
SALENTO
La Casona de Salento. Aunque la mayoría de las opciones ofrecen prácticamente lo mismo, la vista de La Casona le da un poco de ventaja dentro de sus competidores. Puedes degustar cocina tradicional.
Domicilio conocido en la Plaza Principal.
FILANDIA
Helena Adentro. Una de las mejores opciones dentro de Filandia. Un menú bastante amplio de comida regional con opciones veganas. Su cava me sorprendió. La trucha con arroz de coco es el imperdible de este restaurante. En su tienda venden café Azahar, considerado como uno de los mejores del país, a un precio bastante razonable. Su cafetería cerca del parque de la 93, en Bogotá, esta llena todo el tiempo.
Carrera 7 #8-01 (3,030.43 km), 6, Filandia
José Fernando. Otra visita culinaria obligada dentro de Filandia. El restaurante del segundo piso tiene una vista envidiable y poco común de la cuidad. Los postres pueden mejorar.
Carretera 5 #7-61 (3,030.56 km), 634001, Filandia
Fincas Cafeteras
Finca La Palma. De las mejores vistas del Eje Cafetero en Colombia. Comparados con los precios de Salento o Filandia, los productos que se venden en la finca están a buen precio, tomando en cuenta su calidad. Además, incluye un souvenir sorpresa.
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