Descubre la cava del Presidente InterContinental Ciudad de México, la más importante de Latinoamérica

¿Sabías que la cava del Presidente InterContinental Ciudad de México es la más grande e importante de Latinoamérica? Entrar a ella es impresionante y, sin duda, sumamente emocionante para quienes amamos el vino. En sus diferentes zonas, que han sido añadidas al espacio original, resguarda actualmente una colección maravillosa de 2,400 etiquetas diferentes de vinos de todo el mundo: Australia, Nueva Zelanda, Israel, Chile, Argentina, Francia, Italia, España, Estados Unidos, México y más.

Nicolás Nolck, sommelier del restaurante Chapulín, nos dio un recorrido por su historia y por las grandes etiquetas que resguarda el singular lugar. Una labor de la que sin duda deben sentirse orgullosos tanto Grupo Presidente, como cada una de las personas que han contribuido al magno proyecto.

Un poco de historia

La cava del Presidente InterContinental Ciudad de México nació con el hotel, que abrió sus puertas el 1 de agosto de 1977. En un inicio resguardaba 240 etiquetas de vino en un cuarto pequeño, compartiendo espacio con todas las botellas de destilados. Con la llegada de los restaurantes de marca al hotel, como Maxim’s y The Palm -hoy Palm-, y su gran éxito entre los paladares mexicanos más sofisticados, el consumo de vino aumentó y la cava se extendió a 400 etiquetas y se amplió tomando parte de lo que era el estacionamiento.

El boom llegó con la apertura de Alfredo Di Roma, hace 24 años, que era un restaurante centenario y emblemático en Roma. A las botellas que ya había, se empezaron a sumar vinos italianos de gran nivel. Toscanos, Barolos, Barbarescos. La carta creció a 700 etiquetas de extraordinario vino italiano. Es cuando llega el ingeniero Pedro Poncelis Brambilia y conforma un grupo de sommeliers único en México con el objetivo de no sólo buscar el mejor vino, sino de encontrar gente que pudiera ofrecerlo de una mejor manera. Con L’Alsace y La Taverne, hubo necesidad de ampliar un tercer salón. Y más tarde, con el icónico Au Pied de Couchon, que se inauguró en el 2000, la fama del hotel ubicado en Polanco se disparó entre nuevos comensales.

“Hacia allá ya no es posible extender la cava, porque está Campos Elíseos. Pasaría como en una película de Bono que ponía: ‘El rock and roll detendrá el tráfico’; será maravilloso que dijera ‘el vino detendrá el tráfico'”, bromea Nicolás.

Actualmente, Luis Morones es Head Sommelier y Director de Vinos de Grupo Presidente. El año pasado la cava del Presidente InterContinental Ciudad de México obtuvo el reconocimiento a “Mejor Cava de México y América Latina” por Wine Spectator.

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Un tesoro en la cava del Presidente InterContinental Ciudad de México

“La botella más cara en existencia es un vino de borgoña de Romaneé-Conti, con costo aproximado de entre 550 y 600 mil pesos. Se venden una o dos al año”, comparte el sommelier. “Lo que hace único a este hotel es que la gente se puede parar en el lobby, y ya tener en mente un vino que seguramente tenemos en la cava, para después decidir en cuál de nuestros restaurantes apreciarlo. Puede venir alguien que ya sabe que tenemos cierto Pétrus, por decir algo, y pensar con qué cocina maridarlo: Alfredo Di Roma es italiano, Au Pied de Cochon es francés, Palms es americano y Chapulín ofrece gastronomía mexicana”.

“Tenemos los grandes vinos de España, como Vega Sicilia. Pero, lo interesante de esta cava es que no sólo tenemos el vino top de la bodega, también tenemos las segundas y terceras etiquetas. La diferencia entre ellas, es notoria. Dependiendo de la bodega, digamos, puede ir de $35,000 el más caro a $5,000 el más barato. Todos son grandes vinos. Y no sólo eso, el hotel procura traer distintas añadas o colecciones verticales del mismo vino. Eso le da otro plus. De la que nos sentimos más orgullosos es de la colección Châteu Mouton Rothschild, tenemos 26 añadas diferentes, no consecutivas. En un principio eran 34 añadas, pero de algunas de ellas solamente teníamos dos botellas, y cuando los connoisseurs supieron que teníamos esa añada, vinieron por ellas. Porque son colecciones. Tenemos colecciones verticales de los Grand Cru, como Château Pétrus, Lafite Rotschild -14 añadas, no consecutivas-, Château Margaux…”.

Los vinos se consiguen con coleccionistas que deciden vender sus botellas y Grupo Presidente compra todas las que puede. Nicolás Nolck nos comparte una anécdota simpática: “Hace unos días llegó un huésped argentino que específicamente vino por tres botellas que nosotros ya ni las considerábamos. Era un vino argentino, La Firma. Nosotros compramos 12 botellas, nos quedaban tres, y vino exclusivamente por ellas. Su amigo era el dueño de la bodega, y el huésped le quería presumir que él consiguió esas botellas, porque él ya no tenía más”.

Además de las colecciones verticales y las miles de etiquetas, la cava del Presidente Intercontinental Ciudad de México resguarda botellas especiales, autografiadas por dueños de bodegas y castillos. “Tenemos algunas firmadas por el dueño de la bodega Torres, el de Vega Sicilia, el de Pétrus… Ésta es de las botellas que más orgullo nos da, porque la elaboraron para conmemorar el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución en 2010. Fueron 24 productores de vino mexicano que donaron sus barricas de primer y segundo uso para hacer estas dos etiquetas. El vino ya pasó por su mejor momento, pero hemos ido invitando a los enólogos a firmar la botella en la que participaron. Nos faltan ocho nada más”, cuenta Nicolás.

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Grandes vinos, una gran experiencia

Nolck platica que una de las misiones como equipo de sommeliers es que no se quede ningún vino, sin embargo, siempre se esfuerzan por venderlo en el momento apropiado. “Hay vinos que necesitan madurar aquí en cava, esos no los promovemos tanto porque el cliente no los va a disfrutar como debería. Cuando consideramos que alguno de los vinos ya está en su momento de plenitud, y no ha salido, es cuando empezamos a empujarlo porque el cliente va a encontrar un vino fabuloso, en plenitud. Se trata de que lo aprecie en el mejor momento”.

Por supuesto, las condiciones de la cava son precisas para conservar tan magníficas etiquetas. La temperatura esté entre 14 y 15 grados centígrados; se busca que no haya vibraciones ni ruido ni luz. Uno de los factores que casi no se comentan, pero que es importantísimo saber, es que no se debe jamás trapear con cloro cerca de donde guardas tus vinos, porque si hay bacterias en el corcho, el cloro las activa.

Para quien desee vivir una experiencia culinaria o una cata en la cava, ocasionalmente el hotel organiza eventos y cenas maridaje con platillos de los restaurantes y distintos vinos. Luis Morones presenta el evento, y a su vez los sommeliers de cada uno de los restaurantes y los chefs presentan los vinos y platillos en específico. “Podemos organizar cenas o catas exclusivas para no más de 20 personas, o si alguien quiere rentar el lugar para hacer algo especial, también es posible”, dice Nicolás.

En julio, fuera de la cava del Presidente InterContinental Ciudad de México, se llevará a cabo un evento para cien personas llamado “México se pone de diez” en Chapulín. Traerán diez grandes vinos mexicanos como Gran Ricardo, Gran Amado, Ícaro, Vino de Piedra, Adobe Guadalupe, Santo Tomás con Único… Sin duda, será memorable.

Si deseas más información sobre los restaurantes y la cava del Presidente InterContinental Ciudad de México, te recomendamos visitar su página de internet.

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