Conoce a Vanessa Musi, la repostera que transformó los postres con ingredientes naturales y hoy conquista Estados Unidos con el toque más dulce.
Por Jazmín Martínez. Imágenes: Facebook Vanessa Musi
En el año 1992, mientras hacía sus prácticas profesionales para la carrera de gastronomía, Vanessa Musi sufrió un desmayo. Vanessa trabajaba en La Galvia, de Mónica Patiño, chef que la inspiró a dedicarse a la industria gastronómica. Poco después del accidente, a Vanessa le diagnosticaron hipoglucemia. Los doctores le dijeron que tenía que adoptar un estilo de vida estricto que mucho distaba de las jornadas laborales de los chefs, donde se come a deshoras, se duerme poco y usualmente se bebe mucho. Le sugirieron que mejor se dedicara a otra carrera. Pero no desistió: se negó a abandonar la carrera y adoptó una dieta estricta y saludable. Hoy tiene casi 20 años de dedicarse a la pastelería.
Su carrera la llevó a ser chef de la embajada mexicana en Viena, y fue ahí donde se enamoró definitivamente de la pastelería. Estudió en Maricú (CDMX) y en la French Pastry School de Chicago, de donde se graduó con honores en 2011. Su pasión por la pastelería era fuerte, pero se dio cuenta de que no había postres ni panes que pudiera disfrutar sin comprometer la fragilidad de su salud. Así fue como se inspiró a crear una nueva pastelería a la que llamó “Pastelería Noble”.
Vanessa convirtió este proyecto en su propósito de vida: contribuir a crear un mundo dulce y saludable. Se erigió como una pionera al crear esta nueva repostería inclusiva, elaborada con harinas y endulzantes naturales, pero que además busca innovar, realzar sabores, nutrientes y crear placer atendiendo necesidades veganas, integrales, paleo, sin gluten y keto. Su nivel de especialización la ha llevado a potenciar las características de sus ingredientes, de tal manera que sus postres no tienen características negativas de sabor que los diferencien de sus parientes hechos con ingredientes no saludables. Harina de almendra, azúcares naturales como azúcar de coco, miel de maple, monk fruit, son elementos con los que ha logrado crear postres para complementar estilos de vida estrictos.
Su proyecto la ha llevado a impartir clases en todo el mundo y a que sus recetas lleguen a muchos hogares gracias a su famoso e-book. Hace siete años llegó a vivir a Austin, la capital texana, por un proyecto de vida y de amor que la llevó a reencontrarse con un novio de la adolescencia. Su hoy esposo ha sido uno de los soportes profesionales y emocionales más importantes para Vanessa y juntos, después de un año y medio de búsqueda, han encontrado el espacio que albergará la escuela de Pastelería Noble. Su sueño es tener la mejor pastelería saludable de todo el mundo y espera poder iniciar sus clases dentro de un año.
Como latina en Estados Unidos, Vanessa ha tenido que aprender de una cultura que come diferente y negocia diferente. Se reconoce como una persona resiliente y chambeadora, como marca generalmente la norma entre los migrantes mexicanos. Vivir en Estados Unidos y particularmente en Austin le ha dado la oportunidad de observar tendencias de alimentación saludable de primera mano, pues es una ciudad donde se introducen muchas innovaciones antes de que se presenten a un mercado más general.
Para Vanessa es muy grata la popularidad de la que hoy goza la adopción de estilos de vida saludables. Su meta es que más pastelerías vendan productos sanos y frescos. Firme en su proyecto, Pastelería Noble va haciéndose de más y más adeptos alrededor del mundo. Gente que, como ella, cree que el sabor no está peleado con la salud ni el bienestar.