Sabor que evoluciona y una textura firme al morder pero suave en boca son las características principales del queso Mimolette, un añejo francés que amarás
Uno de los grandes favoritos en las cocinas francesas, el queso Mimolette, también llamado Boule de Lille por su provincia de origen, está listo para conquistar tu paladar.
Por Michelle López – @Mich_Lv
El Mimolette es un queso hecho a partir de leche de vaca cruda, con una técnica similar al Edam. Su aspecto suele ser cuarteado, está cubierto de una corteza generalmente grisácea, y el color naranja de su interior se debe al achiote, colorante natural que se agrega durante la preparación. El producto final es una bola cuyo peso aproximado es de 2 kilos. Su sabor evoluciona durante la degustación: comienza suave y termina con fuertes notas y un toque ácido derivado de la leche.
Imagen: murrayscheese.com
El Mimolette puede ser golpeado con un martillo especial, y la resonancia producida nos dirá si el queso ya está listo para degustar. Si al golpearlo se producen sonidos huecos, es necesario esperar un poco más. El término “mimolette” viene del francés mi-mou, “medio blando”, por lo que esa es la textura que debe esperarse: un bocado firme que da paso a la cualidad flexible que libera un sabor fuerte y almendrado.
El sabor de este queso va mejorando con su tiempo de curación, por lo que se sugiere dejarlo reposar mínimo seis meses pero idealmente entre 18 y 24, en una bodega o almacén fresco y seco.
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Este queso funciona tanto como tentempié en una tabla de quesos, o rallado para el aliño de algunos platillos.
Imagen: gourmetfoodstores.com
El Mimolette se lleva bien con bebidas como la cerveza o el vino tinto francés; en ambos casos el líquido debe ser fuerte y tener cuerpo para acompañar la potencia del queso.