A 50 años del parteaguas en derechos civiles, recordamos la historia de Stonewall, el bar LGBT que dio paso al Orgullo y la lucha por la igualdad.
Hoy se cumplen 50 años de los llamados “disturbios de Stonewall”: la primera manifestación abierta de identidad LGBT contra los actos de odio y en favor de la igualdad en derechos civiles. ¿Conoces la historia de este singular bar de Nueva York?
Por Michelle López
Fue un movimiento contra la brutalidad policial y la represión. Era una época en la que cualquier identidad que no fuera la heterosexual estaba tipificada por psiquiatras como un trastorno que podía llevarte al manicomio. Tomar de la mano a tu pareja podía atraer insultos, brutales golpizas, arrestos y hasta la muerte. Cárcel, instituciones mentales, y homicidios eran un escenario común.
En esa época los bares de Nueva York estaban dominados por las mafias, quienes ofrecían alcohol rebajado a precios exorbitantes. La comunidad LGBT no tenía acceso a la mayoría (éstos podían ser clausurados por facilitar “conductas desordenadas” y preferían no arriesgarse), por lo que debían aceptar lo que las mafias ofrecieran. Además del alcohol adulterado, estas mafias solían chantajear a algunos clientes de alto perfil, exigiéndoles dinero a cambio de no revelar su homosexualidad.
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Sobre Christopher Street en Greenwich Village se levanta un bar que ya desde antes de la rebelión era famoso: Stonewall Inn. Bajo este escenario de represión, Greenwich se caracterizaba por su apertura y recepción a todo tipo de amor; un espacio seguro donde todos eran bienvenidos. En esta zona homosexuales, drag queens, y personas transgénero podían vivir sin miedo.
Aunque también era un bar sometido por la mafia, lo que hacía a Stonewall irresistible es que contaba con pista de baile. La posibilidad de bailar lento daba una dimensión más cercana e íntima a las parejas que se refugiaban en este club. La clientela de Stonewall solía ser población más vulnerable, como chicos que habían sido echados de sus casas por su identidad o personas transgénero, y por lo tanto el espacio se transformó en más que un bar: era un lugar donde todos eran bienvenidos y todos eran protegidos. La comunidad se cuidaba entre ellos y se convertían en una nueva familia.
Sin embargo, el Departamento de Policía de Nueva York estaba determinado a destruir esos espacios, y desde 1964 había emprendido una campaña de ataques que en sólo en junio de 1969 había producido cinco raids a bares LGBT y arrestaba hasta a cien personas en un día. Al frente de estos ataques estaba el Inspector Seymour Pine, comandante del “Escuadrón de Vicios”.
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Fue precisamente Pine quien ordenó y dirigió personalmente el raid a Stonewall Inn que comenzó la madrugada del sábado 28 de junio de 1969. No sólo pretendían hacer arrestos y clausuras, sino destruir completamente el lugar y hacer un pronunciamiento duradero al arrancar la barra de madera y despedazarla.
La policía atacó Stonewall Inn a la 1:20 de la mañana. Inmediatamente confiscó el alcohol, empezó sus intentos para destruir la barra, y dividió a los clientes en dos grupos, los que serían liberados con amonestación y los que llevarían a la comisaría. Cansados de la humillación, por primera vez la comunidad se resistió. Aquellos que eran expulsados del bar, en vez de irse callados, permanecieron sobre Christopher Street para expresar su apoyo a quienes seguían detenidos. Poco a poco más gente comenzó a sumarse al grupo, hasta que una multitud se agolpaba a las puertas del bar bajo la luna llena, diez veces mayor que la clientela original.
Un fugaz momento espontáneo cambió todo. Entre quienes la policía subía a las furgonetas para arrestar se encontraba una mujer. Fue esposada y encerrada en la furgoneta, pero desde su interior logró agitar el vehículo de tal forma que una puerta se abrió y ella logró salir. Esto se repitió tres veces, hasta que un policía la golpeó, levantó, y arrojó de nuevo al vehículo. La identidad de la mujer no está completamente confirmada, pero se cree que era Stormé DeLarverie, drag king que actuaba en el Apollo Theater y el Radio City Music Hall. En ese instante la gente explotó y empezó a lanzar monedas, botellas, e insultos hacia los policías.
El raid policial terminó siendo un sitio en el que la policía neoyorkina salió perdiendo. El escuadrón tuvo que encerrarse al interior de Stonewall y esperar a que grupos de emergencia llegaran a arrojar agua a los manifestantes de afuera y poder rescatarlos. Años después, Pine, veterano de la Segunda Guerra Mundial, admitiría que el sitio de Stonewall fue la vez en que más miedo sintió de toda su vida.
Ese sábado nadie tuvo miedo. Las parejas salieron libremente a recorrer Greenwich Village tomadas de la mano. Nadie sintió la presión de esconderse, el temor a ser agredidos, pudieron convivir al aire libre, charlar, pasear, vivir. Durante seis noches más siguieron las protestas y demostraciones públicas, ahora abiertamente plantándose frente a la policía en vez de ser sometidos por ellos.
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En las semanas siguientes fue obvio que se había producido un cambio de paradigma con efectos a muy largo plazo. Surgieron nuevas asociaciones civiles y las que ya existían crecieron. Expulsaron a las mafias de los bares. El 27 de julio de 1969, un mes después del primer choque, cientos de personas marcharon de Washington Square Park a Sheridan Square. Eran los comienzos de la Marcha del Orgullo, que se declararía oficialmente en 1970, exactamente un año después de Stonewall. Hoy la Marcha de Nueva York se prepara en el 50 aniversario de Stonewall para ser World Pride – la mayor del mundo.
Stonewall abrió la puerta para las primeras demostraciones públicas y marchas a favor de los derechos civiles para la comunidad LGBT. Surgieron marchas y organizaciones por todo Estados Unidos, periódicos, y movimientos formales para exigir la igualdad de derechos civiles y humanos. El Inspector Pine se disculpó oficialmente en 2004.
En 2009 Barack Obama declaró a Stonewall Inn como un sitio histórico y marcó junio como el Mes del Orgullo. Hoy existen Marchas en muchas ciudades: Rio de Janeiro, CDMX, Los Ángeles, Chicago, Londres, Tel Aviv, por mencionar sólo algunas. Hay películas, obras de teatro, ensayos y música dedicados a Stonewall Inn y su impacto.
No olvidemos que el Mes del Orgullo, las Marchas, y otras actividades, aunque hoy tienen carácter festivo, son ante todo una conmemoración por la lucha de esa generación. A 50 años de Stonewall Inn, pese a la mayor apertura y avances, continúan las agresiones y expresiones de odio tanto a nivel social como a nivel político. Medio siglo después, la historia sigue escribiéndose.