El pescado ceremonial es una receta tradicional de Michoacán que se prepara en cuaresma y se ofrece a la gente acompañado de corundas
Por: Paulina Salgado
En la comunidad de Santa Fe de la Laguna (Michoacán) todos los años durante la cuaresma se prepara un platillo muy especial al que los lugareños llaman “pescado ceremonial”. Y con esto se promueve no solo la convivencia de la gente sino también el cariño y la unión a través de las generaciones.
“Este pescado se sirve cada tarde durante todos los viernes de cuaresma. Nos reunimos en lo que fue la casa de Vasco de Quiroga y preparamos el pescado en grandes cazuelas de barro. También hacemos nopalitos, frijoles y muchas corundas, (tamal de forma triangular) para que así todas las familias puedan comer”, conforme la cocinera tradicional María Guadalupe Hernández Dimas, quien presentó este guiso para la categoría de Platillo de Rescate en el 16° encuentro de Cocineras Tradicionales, del Festival Gastronómico de Michoacán.
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Lo que hace único a este pescado es que no cualquiera puede cocinarlo, Doña Guadalupe nos dice que los encargados para elaborarlo son exclusivamente los recién casados y los padrinos de boda.
“Los matrimonios jóvenes son los encargados de brindar este servicio a la comunidad, de esta manera ellos ganan la aprobación de todos los presentes, además demuestran que son personas de bien y que están listos para vivir en pareja. También los padrinos de boda son muy importantes porque sobre ellos recae la responsabilidad de la comida. Los padrinos son los que deben supervisar que todos los ingredientes están en perfecto estado y que la preparación se hace correctamente. Es una manera de organización que tenemos aquí”.
Generalmente se utiliza pescado blanco, pero para el concurso las cocineras tradicionales lo hicieron con mojarra. El platillo se sazona con chile guajillo, jitomates, ajo, cebolla y con una mezcla de maíz.
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Para Doña Guadalupe, es importante rescatar la gastronomía mexicana desde una tortilla hasta los guisos más complejos. “Lamentablemente estos platillos se están perdiendo porque ya nadie quieres usar el metate o el molcajete, ya los jóvenes prefieren los molinos o las licuadoras y yo siento que esto afecta mucho el sabor. Además hay que aprender a cuidar los granos o semillas que nos regala el campo, por eso son las ceremonias para convivir, pero sobretodo agradecer todo lo que nos da la naturaleza para comer”.