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Pedir calaverita: la tradición mexicana de dulces en Día de Muertos

Pedir calaverita: la tradición mexicana de dulces en Día de Muertos

Por: Gourmet de México 27 Oct 2019

¿Ya estás listo para pedir calaverita este año? Te contamos la historia de esta tradición con raíces prehispánicas y algunos tips para celebrarla al máximo

“Pedir calaverita” es una tradición que muchas veces se asocia a Halloween y a Estados Unidos, pero sus raíces en realidad comenzaron en lo que fuera Tenochtitlán. Conoce más del ritual más divertido del Día de Muertos.

Por Michelle López. Imágenes: Shutterstock

Esta semana salió a relucir la historia de una madre de familia en Rancho Cucamonga, una zona afluente de San Bernardino, California, quien envió un mail a todos sus vecinos para que se abstuvieran de comprar dulces “baratos” para dar calaverita a los niños. De acuerdo con la mujer, para demostrar correctamente el status de la zona sólo serían aceptables barras de chocolate tamaño estándar o king size; en caso de tener miniaturas deberán darse entre cuatro y seis, el equivalente de una barra normal. “De alguna forma los dulces baratos para Halloween se han infiltrado en nuestra comunidad, y esto debe parar.” ¿Cuál es el protocolo correcto para observar esta tradición?

Los niños siempre protagonizan la pedida de dulces.

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Aunque el trick-or-treat es asociado a Estados Unidos, nunca ha sido extraño ver en México a niños que también salen a pedir dulces; la diferencia es que al otro lado del muro pesa además la amenaza de que si la persona visitada se niega a cooperar, puede ser víctima de una broma – de ahí la frase “¿dulce o travesura?”. 

¿Qué significan las calaveritas de azúcar y cómo se hacen?

Pedir calaverita en tiempos prehispánicos

Una de las historias asociadas a “pedir calaverita” habla de un niño macehual huérfano que era demasiado pobre para comprar comida para la ofrenda de sus padres, de modo que salía a la calle a pedir de hogar en hogar que le dieran frutas, dulces, o pan. Con la colonia esta práctica se hizo popular, y los niños salían con una calabaza o chilacayote tallados en forma de calavera y con una vela al interior, y algunos acompañaban la búsqueda de dulces con oraciones. El botín más popular era chacualole, dulce de calabaza con piloncillo.

Esta tradición no deriva del trick-or-treat estadounidense.

En algunos pueblos incluso existe un cántico especial para salir en busca de dulces: “Ya llegó la Chilindrina a pedir su mandarina, ya llegó Jorge Negrete a pedir su gollete, ya llegaron los abuelitos a pedir tamalitos. Con los huesos de mi abuela voy a hacer una escalera y gritar mi calavera”. Otro canto, popular en el entonces pueblo de Santa Anita durante los años 30, era: “Muerto, si hubieras corrido no te hubieran alcanzado, pero como no corriste ya te llevan cargando. Alabada sea la hora en que Cristo nació; por salvarnos del pecado bendita sea su pasión. ¡El chacualole!” Tanto las canciones como los rezos siguen vigentes.

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Calaverita de puerta en puerta

Hoy en día no sólo se dan dulces; también hay quienes prefieren dar o pedir dinero. La mujer de Rancho Cucamonga pide claramente en el correo que mandó a sus vecinos que no se den únicamente pennies o cambio suelto, sino que realmente se note el esfuerzo y les den a los niños algo más significativo.

Puedes dar dulces comerciales o típicos, pero siempre de buena calidad.

Si llegan niños a tu puerta, puedes dar tanto los dulces clásicos empacados como chocolates y paletas, como los dulces típicos mexicanos, pan, fruta, o monedas. Eso sí, la mamá de Rancho Cucamonga no está tan equivocada: ¡siempre procura dar dulces de calidad!

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