Buscando que sus ciudadanos tengan una mejor calidad de vida y sufran menos enfermedades, el Departamento de Salud y Servicios Humanos y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos anunciaron el lanzamiento de las Nuevas Guías Dietarias para 2015 a 2020. Los principales puntos son los siguientes:
Comer saludablemente. Así se evitarán enfermedades como la obesidad, hipertensión, diabetes tipo 2 y afecciones cardíacas.
Reducir enfermedades: Al comer saludablemente, se mantienen las defensas que nos protegen de las enfermedades que nos hacen ir al doctor a solicitar medicamento. Prevenir y fortalecer nuestro cuerpo siempre es mejor alternativa.
Nutrición individual. Cada persona requiere cierto tipo de nutrientes que varían según la edad, actividades y estado de salud. Por ello, la nutrición debe ser personalizada, para potencializar los efectos de lo que comemos sin caer en excesos o en deficiencia de nutrientes.
Comer de todo. Una alimentación saludable incluye un poco de los distintos grupos alimenticios y lo hace de forma balanceada. Vegetales, frutas, granos, lácteos, proteína y carbohidratos, todos tienen funciones diferentes y aportan distintos beneficios a nuestro cuerpo.
Controlar el azúcar. Tenemos que hacernos conscientes de que en la actualidad, muchos de los productos que creemos carecen de ella, tienen azúcar. Es por ello que resulta importante vigilar que menos del 10% de las calorías que comemos, provengan de azúcar agregado. Alejarnos de los alimentos con azúcares concentrados y sustituirlos por frutas naturales será un gran cambio que podremos agradecer.
Contar las grasas trans. Una alimentación adecuada tiene menos del 10% de calorías diarias ocupada por grasas trans y saturadas. Grasas como la manteca, aceites tropicales, la de la leche o la carne puede sustituirse con aceite de oliva o canola.
Cuidado con la sal. Los adultos y niños mayores de 14 años deben comer menos de 2,300 mg de sodio por día, mientras que los menores de 14 años requieren aún menos. Vigilar las etiquetas de lo que comemos nos ayudará a llevar un conteo más preciso sobre cuánta sal consumimos.
Poco a poco. Incluso cuando se trata de cambios pequeños, repercuten de forma significativa y las mejoras en la salud se sentirán de forma inmediata.
Moverse. Hacer ejercicio realmente marca la diferencia. Los adultos necesitan al menos 150 minutos de ejercicio físico moderado a la semana y requieren dos días de rutina para fortalecer sus músculos también a la semana.
Interacción. Ayudarnos los unos a otros, darnos consejos alimenticios y motivarnos a estar en movimiento nos dará la armonía y vitalidad necesaria para vivir libres de enfermedades y responsables por lo que comemos, estaremos mejor y contentos.
Con información de Holadoctor.com
Por Ingrid Cubas
@ingrid_cb
