Quizá hayas escuchado el término, pero no sabes exactamente qué es y cómo se diferencia de la normal que ya conoces. Acá te contamos todo.
La mantequilla clarificada, o ghee, es tipo de grasa láctea de sabor y usos más específicos que la natural, que posiblemente tengas en tu refrigerador. Se trata de una versión depurada de la misma, que además de ser benéfica para la salud, permite mantener las propiedades de dicho producto incluso calentándolo más de lo habitual.
De forma básica, la mantequilla clarificada se consigue al separar los residuos sólidos lácteos y el agua, de la grasa butírica de dicho ingrediente. Esto se logra gracias a una diferenciación por densidad, así como por el método manual de la decantación.
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La razón principal de clarificar una mantequilla es conseguir sabores a nuez, así como que la grasa tarde más en alcanzar su punto de humo (205 grados centígrados), que la común. Con esto, se vuelve una opción ideal para salteados, así como para frituras profundas y para recalentarse sin perder su color ni desarrollar sabor a quemado.
Las propiedades que el ghee reporta en la salud van desde el aporte de vitaminas liposolubles, como la vitamina A, E y K2; la mejora de la digestión; la protección de la salud cardiovascular; sus antioxidantes y su capacidad de prevenir tumores, y la protección de mucosas.
Es muy sencillo. Sólo debes seguir de cerca estos pasos y mantenerla siempre en un lugar a temperatura ambiente, lejos del contacto con otros alimentos:
– Funde la mantequilla natural que tengas en tu despensa a baño María. Asegúrate que este proceso se haga muy lentamente.
– Procura que la grasa no hierva. Cuando esto esté a punto de ocurrir, retira del fuego, vacía en un recipiente traslúcido y espera a que los componentes de la mantequilla comiencen a acomodarse según su densidad.
– En la parte de arriba notarás que hay una espuma blanca. Retírala.
– Cuando los asientos de lácteos se vean muy claros en el fondo del recipiente, comienza a decantar la mantequilla pura en otro recipiente. Esa estará clarificada.
– Espera a que solidifique y úsala como mejor te parezca en tus recetas.
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Algo que debes tener en cuenta es que el sabor del asiento sólido de este proceso es delicioso. Una vez que también esté frío podrás untarlo sobre panes y disfrutarlo con unos cuantos granos de sal encima. También funciona bien sobre hot cakes.