La Hacienda Santa Cruz ubicada al sur de la ciudad de Mérida, Yucatán, existe desde 1640, se convirtió en hotel boutique hace diez años.
Por: Miriam Carmo
Contacto con la naturaleza
Está situada en medio de la reserva ecológica de Cuxtal, por lo que es un concepto de contacto con la naturaleza, paz y privacidad de sus huéspedes.
Por lo mismo, se pueden encontrar en la propiedad una variedad de aves, reptiles y pequeños mamíferos además de árboles y plantas endémicas.
Orígenes de la hacienda Santa Cruz
Empezó siendo monasterio de monjes franciscanos, luego propiedad agrícola y más tarde se transformó en hacienda para el cultivo del henequén, el “oro verde” yucateco.
Su actividad henequenera duró 20 años, pero con la llegada de las fibras sintéticas decae la producción y a finales de los años 20 regresó a ser finca.
Estuvo en manos de diferentes propietarios, incluso de una pareja de ciudadanos franceses, pero actualmente es propiedad de un mexicano comprometido con mantener su historia.
El hotel boutique
La parte antigua de la propiedad se remodeló entre 2007-2008 usando materiales de origen natural y orgánico (tierra local, esencias de árboles, pigmentos naturales).
Cuenta con 25 habitaciones en total, dos albercas, un cenote artificial, explanada para eventos, dos restaurantes, spa, aldea maya, capilla y cancha de futbol.
Las habitaciones cuentan con todas las comodidades modernas como aire acondicionado, televisión, internet y todas están decoradas de forma diferente y única.
La propuesta gastronómica
El chef Pedro May y su equipo se ocupan de la propuesta gastronómica con especial enfoque a la comida local, usando ingredientes de la región.
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La boda de ensueño en una hacienda
El ambiente de esta hacienda es de total relajación ya sea en pareja, en familia o con amigos para algún evento, en especial bodas.
¿Se imaginan la boda de sus sueños aquí, con sus familiares y amigos ocupando todas las instalaciones en completa privacidad por varios días?
¿Qué hacer?
Se puede andar en bicicleta por sus 5 hectáreas, apreciar sus jardines, refrescarte en las albercas, mimarte en el spa, jugar futbol en una cancha…
También se puede visitar la aldea maya, nadar en el cenote o simplemente probar los varios platillos del menú maridados con diferentes vinos o cocteles.
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