Por Omar Marina @SoyBienDramas
El aloe vera, también conocido como sábila, le da color a la mayoría de los paisajes áridos desérticos. Sin embargo, como pasa en la vida y en el amor, la verdadera importancia de esta planta no está en su aspecto exterior sino en su interior.
“Ya desde hace miles de años esta planta se conoce por sus propiedades curativas, desde los sumerios”, dice Kim Beisel, del Centro Aloe Vera de Alemania. Desde entonces se sabía que el aloe vera es un verdadero milagro que ayuda a resolver muchos problemas. Hoy en día se tiene la certeza de que esta planta contiene más de 200 sustancias activas, entre ellas numerosas vitaminas, minerales, aceites etéreos y ácido salicílico que funciona como analgésico”, según la dermatóloga Ingrid Schmoeckel.
En los últimos años, el aloe vera ha ganado prestigio en el tema del cuidado de la piel, aunque al principio sólo se trataba de un remedio práctico contra las quemaduras de sol. Más tarde, investigadores del sector cosmético descubrieron otras aplicaciones de la planta para varios productos. Ha sido sobre todo la alta concentración de las vitaminas A, C y E la que ha interesado a la ciencia, pues estas vitaminas desempeñan un papel importante en la protección de las células de la piel. Por si fuera poco, las sustancias activas del aloe vera contienen una alta concentración de vitaminas del grupo B que, según los investigadores, pueden estimular el metabolismo de la piel.
Estas investigaciones han demostrado que el aloe vera puede multiplicar por cinco el metabolismo celular, aunque también tiene su lado oscuro contenido en una sustancia activa llamada aloína, que se encuentra en la corteza de la hoja y que se conoce sobre todo por su fuerte efecto laxante.
Ya que las sustancias activas que se usan en el cuidado de la piel no se encuentran en la corteza sino en el interior de la hoja, podemos encontrar productos solares hechos con el interior de la sábila para proteger la piel irritada, en geles de limpieza con efecto antibacteriano, en rímel para reforzar las pestañas y en muchas lociones de baño y champús que aprovechan sus propiedades hidratantes. Aún así, el aloe vera también tiene usos internos, un ejemplo es el jugo de aloe vera que al extraerse deja fuera a la aloína no entre en la bebida y fortalece así al sistema inmunológico.
